El Colo Gil estuvo de vacaciones en Río Gallegos, la ciudad en la que nació. Allí visitó una escuela donde dio una charla y además brindó una entrevista donde recordó sus orígenes y las condiciones que le puso su papá para poder ir a la CAI.

Mientras se define su futuro en medio de un fuerte interés de clubes chilenos y de Atlético Mineiro, el Colo Gil, el volante que surgió de las inferiores de la CAI, estuvo en Río Gallegos, donde pasó tiempo con su familia.

Roque Albano Allí visitó una escuela donde dio una charla motivacional a chicos y además brindó una entrevista donde recordó sus orígenes y las condiciones que le puso su papá para poder venir a la CAI.

El Colo contó con corría el año 2004. Ya había pasado por el club “Luchito” Fernández e Hispano, y la CAI hizo una prueba donde participaron más de 200 jugadores. Solo quedaron 8 chicos, entre ellos él.

Víctor Hugo Doria lo invitó para que vaya al club y todo cambió para él. “Desde los cinco años que tengo memoria mi sueño era jugar al fútbol. En ese entonces tenía 12 años y me encontré con un club muy ordenado, una pensión hermosa. Nos daban alojamiento, colegio, comida. Era un club muy bonito”, recordó.

El Colo fue invitado a jugar un Mundialito y luego del torneo lo convocaron para que se quede en la pensión. Sin embargo, su viejo le puso una estricta condición: no llevarse ninguna materia.

“Yo era muy vago para estudiar. Si no jugaba al fútbol iba a trabajar y la educación de mis padres era o estudiar y trabajás y yo debía dos materias, entonces sino aprobaba una no me iba.  Tenía que aprobar si o si para jugar. No me olvido más que le dije a la profe de ingles ‘profe me tengo que ir por favor ayúdeme”.

El Colo estaba destrozado. Su viejo le había dado el ultimátum. “Sino aprobas no te vas a jugar al fútbol”. Pero finalmente el Colo aprobó y se pudo ir a la CAI.

El resto es historia conocida. Su debut en la Comisión de Actividades Infantiles, su paso a Olimpo de Bahía Blanca, luego Talleres y Rosario Central.

“Después de tanto esfuerzo haberme quedado en CAI fue lo mejor que me pasó. Cuando uno es chico siempre sueña. Miraba Boca, River, siempre miraba a Román y a Mascherano. 'Qué lindo poder jugar en Primera', decia y el sueño me llevó a soñar a querer inculcarlo. El fútbol es una forma de poder vivir, es una manera. Te da hábitos, responsabilidad, compromiso, y eso es muy importante”, confesó.