Germán “el Colo” Martínez y Damián Ruiz este domingo se volvieron a encontrar adentro de un campo de juego en el empate de la CAI frente a USMA. En la previa se tomaron una fotografía, una más de las tantas que tienen en el baúl de los recuerdos, donde se atesora una amistad que inició en inferiores y que continúa a pesar de los años.

Cuando Germán “el Colo” Martínez y Damián Ruiz se conocieron tenían solo 12 años. Uno estaba haciendo inferiores en la CAI y el otro se sumó al Azurro proveniente de las categorías menores de USMA.

En ese tiempo ya se habían cruzado en el fútbol infantil. "el Colo" defiendo los colores de la Escuela Municipal Km5 y Damián los de Mara. En la CAI se encontraron y forzaron una amistad que dura hasta hoy.

Este domingo ambos se volvieron a encontrar en una cancha en el partido en el que CAI empató frente a USMA 0 a 0 por el Torneo Final A. Por 90 minutos la amistad quedó congelada y se olvidaron de aquella final que ganaron en cancha de Huracán en 8va división, los momentos buenos y malos en que se acompañaron y los años que vivieron juntos en la casa de la familia Martínez, donde a Damián lo cobijaron como a un hijo, el hermano de los otros Martínez, como el mismo reconoce.

Es que la amistad entre “el Colo” y “Tamy”  no es una más. Cuando Damián decidió irse de la pensión de la CAI, en los últimos años de secundaria, los Martínez lo adoptaron, le compraron una cama y durmió al lado de su amigo. Cuando se puso de novio y decidió juntarse lo acompañaron y lo apoyaron, y lo vieron ser padre.

Luego la vida del fútbol los llevó por diferentes caminos. Damián tuvo un paso veloz por Huracán y “el Colo” continuó en la CAI donde hoy es titular fijo en el mediocampo. Pero el lazó siguió intacto, tanto que Damián eligió al volante de la CAI como padrino de su hija.

Se conocieron en inferiores y llevaron su amistad a la cancha grande

Luego, el fútbol de salón tentó a Damián y también pintó gambetas por esos lados hasta que decidió que era momento de volver a la cancha grande. USMA fue el club que le abrió las puertas, y kilómetro 5 de nuevo su hogar.

El domingo ambos se volvieron a encontrar en una cancha. Por 90 minutos dejaron de lado la amistad, aunque en el fondo ambos sabían que no era así, la amistad siempre sigue intacta, en los buenos y en los malos momentos.

Se conocieron en inferiores y llevaron su amistad a la cancha grande