Karina Thomas, la dirigente todoterreno que comanda el barco de la CAI de Comodoro
“¿Qué sería la CAI sin Karina?”, es la pregunta que se escucha en los rincones de uno de los clubes más grandes de Comodoro Rivadavia. Llegó al “Azurro” en 1998 para realizar trabajos contables y desde ese entonces descubrió que la dirigencia deportiva era su pasión. Asumió varios roles y tan solo dos años después de su llegada se convirtió en gerente de la institución. Es uno de los pilares fundamentales del club en organización, planificación, gestión y toma de decisiones. Karina Thomas es sin dudas la comandante del barco en la CAI de Comodoro. Conocé su historia.
Karina Thomas desembarcó en la CAI en septiembre de 1998 sin saber que se convertiría en su segunda casa. Formada de Contadora Pública, luego de una pasantía en PAE, fue recomendada a la institución "azurra" y allí se desempeña hasta la fecha. Se hizo cargo de varios roles y hoy es uno de los pilares fundamentales del club en organización, planificación, gestión y toma de decisiones.
"Me recomendaron los contadores Luján y Ariel. No dudé cuando me comentaron porque me encantaba el futbol, sentí que era ´el lugar´. Ingresé para tareas administrativo-contables. A esto me dediqué los primeros seis meses. Luego ya comencé a interactuar con el resto del personal y fueron surgiendo otras cosas relacionadas a la logística del fútbol. En febrero del año 2000, Carlos Peralta me ofrece contratarme con el cargo de Gerente. La verdad que lo sentí como un lindo desafío, estaba todo por hacer, fue la mejor decisión de mi vida. Implicó un compromiso del 100%, trabajar y crecer en todos los aspectos. Me enamoré del club y se hizo mi vida durante muchos años", confiesa Karina.
La Gerente de la CAI tuvo que salir de lo estructural de los números y comenzar a nutrirse de otras cosas para poder estar a la altura de su función y encarar los desafíos de la mejor forma.
"El primero fue sin dudas cuando llegó Marcelo Fuentes (DT que logró el ascenso al Nacional B), porque implicaba ponerme a trabajar en un área diferente de la que me había formado. Marcelo profesionalizó el fútbol y, desde el fútbol, a todos en el club. Me hizo parte de su equipo y de todas las tareas que implicaba su trabajo, desde conseguir los lugares para entrenar, el transporte, la indumentaria, los materiales de entrenamiento, la coordinación con cuerpo médico, la comida, los viajes, hoteles, conseguir los videos de los rivales en la misma condición y el partido inmediato anterior, buscar refuerzos, ver CV y videos, contactar y traer a los que él quería y ya había acordado con dirigentes. No dejaba nada librado al azar, todo era programado y controlado. Siempre me acuerdo cuando hice la lista de todo lo que necesitaba y qué debíamos armar. No sabía por dónde empezar, pero fue muy lindo, me sacó de la rutina y aprendí", agregó.
De la experiencia con Fuentes salió fortalecida en varios aspectos, pero no se conformó y fue por más. "Me fui haciendo un lugar con los DT de inferiores también y comencé a colaborar en la captación. Visitar y contactar con clubes de donde pretendíamos traer jugadores y asistir a diferentes torneos. Los entrenadores de CAI, los que saben, decían hay que traer a ´x´ y ahí entraba en juego mi trabajo para traerlo, contacto con el club, con los padres, con el jugador hasta arreglar todo. En muchos casos agarraba el auto y me iba a buscarlos a sus casas. Yo admiro a cada uno de los nenes que vienen a CAI, que dejan todo por ir tras su sueño, por eso es tan emotivo cuando uno de ellos da un paso más, cuando se van a clubes de Primera o son convocados a una Selección", recordó.
En 2002, luego del empate con Ben Hur en un Estadio Municipal colmado, llegaría el ascenso del "azurro" a la primera B Nacional. Ese lugar lo mantuvo por nueve temporadas y metió tanto a la ciudad como a la institución en un lugar de privilegio en el fútbol nacional. Desde lo dirigencial, Karina admitió: "tuvimos un curso acelerado en todo. Entramos en el mundo AFA, con otro orden, con la necesidad de estar atentos a todo: documentación, habilitaciones, establecer contactos, aprender a abrir esas puertas y ser recibidos. Carlos me hizo un poder para asistir a las reuniones de la Divisional una vez por semana y así empecé otra etapa. Cada cambio era aprendizaje y disfrute. Y acá sí mi vida fue 100% CAI".
"Viajaba con el equipo cada 15 días, más las reuniones, algunas salidas con los jugadores de Inferiores a torneos, las giras a Buenos Aires para darles competencia a los chicos y poder mostrarlos. Recuerdo siempre las primeras conversaciones con Luis Segura como Presidente de Argentinos Juniors, con Sebastián Verón en Estudiantes, con los amigos de San Lorenzo, con Boca, Vélez, River, Racing. En distintos clubes, pero históricamente en contacto siempre con Hugo Tocalli, Fernando Kuyumchoglu, Miguel Gomiz, Mario Cesarin, tratando siempre de incorporar y ver qué es lo que ellos necesitaban. Buscando la forma de que les sirviera lo que hacemos", añadió.
Por su parte, Thomas fue la primera mujer que participó de una reunión en la B Nacional y las primeras palabras que escuchó en la sala de reuniones de la AFA fueron: “Señorita se equivocó de sala”. Eran tiempo donde en ciertos ambientes no era frecuente la presencia de mujeres.
"Fue sin dudas una experiencia de mucho crecimiento, otro roce, eran ´los hombres del fútbol´. Me acuerdo de compartir ese espacio con todos presidentes de clubes, muy caballeros, lo primero que hicieron fue un pedido de cuidado del lenguaje. La verdad fue una vivencia muy linda, todos se preocuparon por enseñarme, por contarme de sus clubes y por conocer de CAI. Estuvieron siempre a disposición para lo que necesitara, si bien algunas veces era necesario discutir algo que tensaba el ambiente, siempre fue dentro del mayor de los respetos. Nunca me sentí incomoda todo lo contrario", rememoró.
A su vez, tiene los mejores recuerdos de aquel tiempo y afirmó: "siempre me sentí bien recibida, valorada y escuchada. Nunca sentí una diferencia por cuestión de género y si la hubo fue en mi favor, como cuidar el lenguaje o dejarme hablar primero, alcanzarme un vaso de agua o un café, correr la silla. Gestos que yo al menos valoro y disfruto. Luego cuando había que sentar posturas sobre algo o debatir alguna situación era de igual a igual y siempre en un ámbito de respeto. A la hora de defender los intereses del club no importaba el género en absoluto", enfatizó.
Después del descenso de la B Nacional, en 2011, la Comisión de Actividades Infantiles empezó otra etapa, que fue marcada por el crecimiento en Infraestructura, lo que permitió incorporar nuevas actividades y crecer significativamente en cantidad de socios.
Sobre esto, Thomas contó: "Mi trabajo estuvo enfocado más en todo lo que fue este nuevo armado. Desde hace unos años, CAI empezó a gestionar con el Estado, y esto también fue un desafío. Sabiendo que podíamos aportar algo también nos animamos a pedir. Me llevó un tiempo abrir puertas en Rawson, que me conozcan y generar el vínculo para luego gestionar. Tuve que aprender a ir de la mano con el Estado en muchas gestiones".
Tanto en la vida personal como de los clubes hay vaivenes. Momentos buenos, y otros no tanto. Se aprende de todos y siempre se busca salir victorioso. Eso es otra de las claves a nivel dirigencial para poder consolidarse aún en los momentos de apremio.
"Tuvimos momentos complicados y fui parte de ellos como el descenso o el agobio financiero entre 2010 y 2015. Supimos fortalecernos y caer lo necesario como para afirmarnos de nuevo y volver a empezar. No nos rendimos y creo que eso hace la diferencia entre algo que no sale bien y un fracaso", expresó Thomas.
Algo que la enorgullece es haber podido desarrollar un proyecto de captación, formación, inserción y consolidación de jugadores que cuenta con el respeto y la valoración de los principales clubes del país y varios del exterior, incluidas las diferentes selecciones nacionales. Eso se aprecia en Buenos Aires, torneos en el país o Chile. Al "azurro" lo conocen y respetan por ese trabajo, del cual han surgido más de 50 jugadores que llegaron a una Primera División.
"Ese es sin dudas el mayor logro cuando un chico da ese paso y en muchas ocasiones con el plus de ser convocado a una selección. Y el otro es la apertura a la sociedad y la cantidad de socios que hoy utilizan las instalaciones y apoyan pagando su cuota social. Hoy tenemos, entre socios y convenios con empresas, más de 2500 personas vinculados directamente y de forma estable", aseveró.
Si bien el mundo del fútbol ha sido naturalmente ocupado por hombres en el tiempo, Karina no cree que sea un mundo de pensamiento machista en el sentido estricto de la palabra. De hecho, en su caso particular, un grupo de 16 hombres le confiaron al 100% su club. En estos tiempos de empoderamiento de la mujer, ella cuenta que "siempre hay lugar para todos y ojalá cada uno pudiera ser protagonista en lo que hace. Es una manera de crecer todos. Por otro lado nunca busqué protagonismo, sí soy consciente de que se dio naturalmente en algunas ocasiones pero fue consecuencia de, no un fin en sí mismo".
"No puedo hablar de empoderamiento en otro sentido que no sea el de hacerme fuerte a través de la participación en todos los espacios, tomar decisiones y disfrutar de los procesos y de los resultados haciéndome cargo de ellos, pero solo desde ese lugar, no me ha tocado vivir el empoderamiento como una cuestión de género, sino como un proceso personal de crecimiento", recalcó.
El destino encontró a la contadora con desafíos muchos más complejos que el debe y el haber. Hizo una carrera exitosa como dirigente deportiva y en la actualidad nadie imaginaria a la CAI sin ella al mando.
"Lo que más me gusta de la dirigencia deportiva es el ambiente en el cual trabajas, los mismos valores que se trabajan a través del deporte se vivencian desde lo dirigencial, respeto, solidaridad, responsabilidad, compromiso, amor por lo que uno hace. Desde ese lugar, trabajas, creas, te vinculas y eso es otra de las cosas que más disfruto, los vínculos que se generan y que se perpetúan en el tiempo. Con la mayoría de los entrenadores y muchos de los jugadores que fueron parte del Club seguimos en contacto y con algunos ha quedado una linda amistad. La variedad de situaciones, temas a tratar y personas con las cuales interactúas te da un ejercicio único. Una experiencia de vida difícil de lograr en otro ámbito. Trabajar en equipo, en el más diversificado que puedas imaginarte, de ahí la creatividad y éxito. Siempre me gustó el futbol, pero de CAI sabía muy poco. Cuando me dijeron de trabajar ahí me salió decir “el club de Mumo y Andrés”, porque sí sabía de ellos y de que se habían ido a jugar a Buenos Aires", cuenta.
Por último, Thomas habló de sus anhelos en la institución y cómo se siente hoy al ver al club con tantas actividades. Cuentan con patín, básquet, fútbol, hockey, tae-kwondo, pileta y musculación. "Creo que los objetivos ya están cumplidos cuando entro al club y lo veía lleno antes de esta pandemia. Cuando ves los números y estamos al día con todo y proyectas y también va bien. Es por lo que trabajamos. Cuando miro cada sector y tenemos los mejores equipos de trabajo, trabajando cada uno en lo suyo desde la excelencia y si hay que hacer algo en conjunto cada uno da lo mejor con predisposición y mucha capacidad. Estoy muy orgullosa de cada persona en CAI y de lo que logramos juntos. Hemos podido mantener y aún mejorar el proyecto de captación y formación en todos estos años y con el primer equipo estamos para ascender y poder sostenernos, porque no es sólo llegar", aseveró.
"Es una buena base para replantearse nuevos o encarar aquellos más ambiciosos que aún están en proyecto como es el Colegio de CAI. Si me preguntas hoy ese sería el próximo, junto con seguir optimizando todo lo logrado, y ascender por supuesto. Entre los sueños que todavía tengo te puedo decir de la cancha propia (por todo lo que implicaría, por el trabajo que podríamos hacer), un equipo de CAI en Primera División, fidelizar más con los socios y poder hacerlos parte más allá de la actividad que desarrollan y la cuota que pagan", sentenció Karina.