La presidente de Laprida no ocultó su alegría por la clasificación al torneo Provincial de fútbol y remarcó el sentido de pertenencia que hay en el club.
Marta Casas lleva su celular en la mano derecha y no paran de caer notificaciones. Recibe abrazos y felicitaciones. Laprida clasificó al Provincial de fútbol cuando parecía que la suerte le era esquiva antes de comenzar a jugar Palazzo - Rada Tilly.
Es que no dependía de ellos. El "Aguilucho" le ganó 2-1 al "Aurinegro" y en el césped del estadio ninguno festejo. La alegría y los llantos estaban en el Far West.
"Como hincha necesitaba estar en este partido, son muchas cosas lo que uno siente en este momento. Es una locura, en la semana estaba con los chicos y les decía me va dar un bobazo, cuidenme. Es muy fuerte esto, es un año que no paramos. El césped sintético por un lado, estamos peleando arriba el torneo de Primera B, y ahora esta oportunidad de representar a Comodoro, es algo mágico y se tiene que disfrutar", le confesó Marta Casas a Laprida de Primera en la cabina del estadio.
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La sonrisa a flor de piel. Ella sabe que todo esfuerzo trae su recompensa. "Hay que descargar esa energía, hay que llorar y hay que festejarlo. Uno como dirigente vive muchas cosas, se sufre mucho. A veces no tenés para esto, falta aquello pero cuando hay estas recompensas es algo único", graficó.
No solo la clasificación al Provincial le genera orgullo. Hay pequeñas cosas que suman y mucho a una institución. "El club Laprida después de muchísimo tiempo tiene solo gente del barrio trabajando en la institución, y eso es sentido de pertenencia. Los formadores de la escuelita son todos del barrio, las chicas del femenino son del barrio y eso se refleja en el campo de juego porque cada uno lleva su familia. Somos Laprida", concluyó la dirigente del Far West.
