Llegó en septiembre del año pasado a Palazzo, y propuso trabajo y compromiso en un plantel que tenía experiencia y juventud. Mañana domingo, si el tiempo lo permite, el "Aguilucho" visitará a Laprida en el Far West y será el punto final de la experiencia como DT de Juan Pablo Sposito en el club "rojinegro".

La decisión se tomó luego de la derrota con Portugués, y el entrenador charló con Pasta de Campeón sobre su alejamiento pero también de todo lo vivido, y de las cosas que se lleva de estos nueve meses de trabajo. "Mi proceso en Palazzo arrancó en septiembre. Llegué en un momento donde no estaban bien las cosas, terminamos el año de la mejor manera posible. Venía con un desgaste de partidos importantes, y lo cerramos con un plantel corto", analizó.

Palazzo arrancó el 2023 con el objetivo de participar en el Clasificatorio al torneo Provincial, y a la vez disputar el torneo local. "Estos meses tuvimos altibajos, nunca encontramos una regularidad no se si por lesiones o por la doble competencia, pero tuvimos buenos partidos. Tal vez merecimos un poco más, pero el fútbol no sabe de merecimientos pero si de resultados que es lo que pide la dirigencia y los hinchas. A pesar de todo sumamos chicos que están consolidados en Primera y son del club, por ahí eso es lo importante para Palazzo", rescató el entrenador.

Los resultados mandan en el fútbol, y pocos buscan el proceso a largo plazo. La goleada de Portugués sobre Palazzo fue la gota que rebalsó el vaso en Palazzo, y el DT lo entendió. "La desvinculación se debe a que no encontramos esa regularidad en todo el año. Tuvimos buenos rendimientos, ganamos partidos importantes y perdimos algunos que no estaban en los planes. Teníamos un objetivo y no lo alcanzamos. Se hablo después del juego con Portugués, y lo mejor era dar un paso al costado, y estuvimos de acuerdo", sentenció sin rodeos.

De Palazzo, como de todos los clubes donde estuvo (Ciudadela, Jorge Newbery y Huracán) siempre se llevó lo importante. La experiencia de compartir con jugadores, ayudantes y dirigentes siempre es enriquecedora más allá de un vínculo deportivo. "Fue una experiencia muy linda, conocí grandes personas. Se lo dije a los chicos, a mi me daba orgullo dirigirlos. Era un grupo bárbaro que iba tras la causa, nunca se traicionaron ellos, siguieron buscando el objetivo. Sin dudas, es bueno lo que me llevo junto a los chicos del cuerpo técnico. Siempre al cien, siempre con buena cara y eso no tiene precio. Es lo que uno se lleva en el corazón", explicó.

Juan Pablo Sposito mira más allá de su último partido porque cuando una puerta se cierra, otras se abren. Es ley, y tiene algunos proyectos en carpeta a corto plazo. No quiere decir nada para "no quemarlos", pero tiene un norte porque "el fútbol para mí es difícil de explicarlo. Para mí es todo, uno lo vive al cien. Al mil por mil pero lo vivo de esa manera. A veces uno se pierde cosas y la vida dirá si está bien o mal. Gracias a Dios tengo una familia que acompaña, que banca y eso hace un poco las cosas más fáciles. Uno trata de disfrutarlo al máximo. El fútbol para mí es todo, lo que me alimenta a seguir soñando, luchando. Uno tiene un sueño, y creo que es algo que lo pienso las 24 horas del día", cerró el ex DT de Próspero Palazzo.