El exjugador, capitán y técnico de River, Leonardo Astrada, reveló una anécdota de la noche de los festejos del plantel Millonario que se había consagrado campeón en el Torneo Clausura de 1997 bajo el mando de Ramón Díaz, y que terminó con Germán El Mono Burgos a las trompadas con integrantes de ese momento del seleccionado argentino de rugby, Los Pumas.

Astrada recordó lo hechos en instancias de un hilo de relato sobre el histórico River 3 - Boca 3 de ese torneo, partido que el Xeneize llegó a ir ganando por 3 a 0.

“Ese día nos cargaban, hacían jueguito de cabeza dentro del área chica en el primer tiempo. Eran Latorre, Manteca Martínez, Cedrés, los queríamos matar”, contaba Astrada en declaraciones a ESPN FC Show.

Alejandro Fantino, el conductor del programa, agregó: “Latorre los canchereaba, tenéz razón”, lo que Astrada refrendó.

Allí el periodista Guillermo Poggi, columnista de la emisión, comentó: “Y Cedrés te gritó el gol…”, momento en el que Luigi Villalba, autor del segundo gol de River esa tarde, y quien también estaba invitado al programa comentó: “Hay una anécdota con el Tanque Cedrés. Yo estaba en el banco y gritaba los goles como un conejo cuando había sido compañero nuestro. Y cuando le empatamos paso cerca y le digo: ¿Por qué no lo gritás ahora? Viene la jugada, agarro la pelota, se me acerca y me metió una piña acá en el pecho y me tiró. Miré de costado y lo veo a Castrilli sacando roja… ellos me decían, ¡quedate ahí, quedate ahí!”.

Allí ocurrió el siguiente diálogo:

Fantino: El Gaby Cedrés, según lo que se dice, era el tipo que más se la aguantaba a las piñas en el fútbol argentino por muchos años. Es más, dicen las malas lenguas que se agarró a piñas contra Los Pumas, en Los Arcos del Sol…

Astrada: No toques ese tema… dejalo.

Fantino: Estaban Los Pumas, Arcos del Sol, hubo un quilombo, a nosotros nos había llegado la versión de que Cedrés le metió dos piñas a uno de ellos y los sacó por la ventana de los Arcos del Sol. Nosotros lo veíamos en el aeropuerto y agachábamos la cabeza...

Astrada: Sí que se la aguantaba, él y el Mono Burgos. El que estaba más loco era el Mono...

Fantino: Pero esa noche hubo tole tole...

Astrada: Claro, porque salimos a festejar el campeonato nosotros, el del Tolo, estábamos dentro del boliche tomando algo y discutieron con el Mono Burgos, sacaron a los rugbiers del lugar, nosotros nos quedamos arriba, en el lugar, pero cuando salimos nos estaban esperando

Fantino: no, pará, pará, pará… qué poco compañeros ustedes. ¿Sacaron a los rugbiers y ustedes se quedaron? Salgan todos…

Astrada: El que se peleó inicialmente era el Mono Burgos pero no los sacan a los dos para que no se agarraran afuera. Entonces sacaron al grupo de los rugbiers, que no sé quién era. Años después me enteré que eran de San Isidro. Eran grandotes…

Fantino: ¿Y vos qué hiciste?

Astrada: Cuando salimos estaban todos, eran corridas, piñas, cualquier cosa y encima no se veía nada, estaba todo oscuro, así que esquivábamos piñas. Al otro día vamos a entrenar y ahí nos dimos cuenta cómo estaba la cara de cada uno: el Mono tenía la oreja así

Fantino: El Mono estaba completamente loco, ¿no?

Villalba: Sí, pero era un fenómeno de tipo, te alegraba el plantel todo el tiempo. En esa época no le tocaba jugar porque jugaba Tito Bonano pero él siempre tenía la sonrisa gigante.

Así recordaron una anécdota muy poco conocida en el marco de uno de los mejores momentos del fútbol argentino en la década del 90.