Los problemas por la pandemia se agudizan cada día más en nuestra ciudad. Mientras el virus crece, la economía cae y muchos emprendimientos tratan de hacer lo que esté en sus manos para no cerrar. Los gimnasios son uno de los rubros más afectados y Pasta de Campeón dialogó con los referentes del GFC, quienes contaron cómo están viviendo estos momentos.

"Fue todo muy nuevo. Tuvimos que reinventarnos constantemente para poder llevar a cabo nuestras clases porque cambiaban los horarios y ahora atravesando esto que las últimas semanas no pudimos abrir. Es muy duro, más cuando tenemos un lugar de trabajo grande, que tiene unos costos mensuales muy altos.  Ahora se va a empezar a trabajar con cupos limitados, en más horarios y con menos gente. La idea es no dejar a nadie afuera pero lamentablemente no todos podrán", aseveró Leo Moreno.

Por su parte, otro de los profesores del GFC, Juan Ignacio Ramírez, explicó la forma de trabajo con los protocolos que les piden para poder realizar las clases. "Primero los chicos pasan por la estación de desinfección y luego dejan el calzado. Previamente los elementos que usamos también se los desinfecta. En cuanto a la clase, cambió mucho la metodología. Hay equipamientos de trabajo individuales, las técnicas son realizadas en el aire ya que no hay contacto. Trabajamos con más estaciones aeróbicas y trabajos de bolsa en grupo para respetar las distancias”, comentó.

Coronavirus: el Gym Fight Club plantea la necesidad de abrir

Darío Achaval, que es director Patagónico de la KBox Latino, hace hincapié en los esfuerzos que realizan para poder cumplir e intentar salir adelante. "Acá doblegamos esfuerzos. Juan y  Leo tienen su trabajo y después vienen la misma cantidad de horas al gimnasio. Le ponemos mucho sacrificio. Estos días que tuvimos que estar cerrados trabajamos para reacondicionar aún más las instalaciones. Siempre pensando en el crecimiento de nuestro deporte. Kickboxing es una palabra respetada hoy en día y es de los eventos que más convocan en la ciudad”.

“En estas épocas no bajamos los brazos pero se hace muy difícil. Hemos hecho peripecias para acondicionar el gimnasio, para cumplir los protocolos necesarios. Tratamos de ser fuertes y no caer. Ahora tenemos que triplicar el esfuerzo para intentar atender a todos los alumnos en diferentes horarios. Es un clima pesado. La gente que hace deporte no aguanta. Sabemos el bienestar mental aparte que trae. Con ese fin se pide la apertura de los gimnasios, por el bienestar que causa en la salud mental. Todos nos piden volver porque dicen que es el único momento en el día que tienen para escaparse un rato de la realidad que nos toca vivir", exclamó.

Los gimnasios han sido de los rubros más golpeados en esta pandemia. Por los cambios de horarios, la reestructuración para cumplir los protocolos y el cese de actividades en medio de las aperturas. En este en particular, las dimensiones y comodidades hacen que el alquiler sea elevado y con la cantidad de alumnos que se llegaría a  atender no se pueden cubrir  los gastos.