La experiencia en la vida del ex boxeador chubutense, hoy para con su sobrino va de la mano no sólo en el afecto y el apoyo desde lo deportivo, sino en lo personal. consejos, el valor del sacrificio y un camino que hoy "El Niño Terrible" transita camino a su sexta pelea en el campo rentado.

Lucas Matthysse ya peina canas, disfruta de su hija, sus perros y de la compañía de sus seres más cercanos.

Su vida en el boxeo estuvo signada por sacrificios por la lucha no sólo en el cuadrilátero, sino fuera de él, en lo que se conoce como la vida misma.

Hoy Ezequiel Matthysse, sobrino de "La Maquina" que consiguiera el cinturón de Campeón Mundial Wélter de la Asociación Mundial de Boxeo, sabe lo importante que es tenerlo en su rincón, pero no de un cuadrilátero, sino de la vida misma.

"Siempre se lo digo, para mi es un gran ejemplo. Una de las cosas que más me quedaron de la charla fue que a veces tenemos que dejar todo y sacrificarnos estando lejos", indicó Ezequiel en diálogo con PDC, donde habló de su actualidad.

El joven boxeador, Campeón Mundial Amateur de la Organización Mundial de Boxeo, valora cada palabra de su tío, quien residió por 10 años en la localidad bonaerense de Junín y donde comenzó con una carrera deportiva que lo llenó de satisfacciones y que cerró en gran forma con un broche ante la leyenda Manny Pacquiao.

"Me aconsejó y me dijo que van a haber momentos donde uno se va a querer ir, lo mismo me habló de lo que son las relaciones con tu pareja. Como otras tantas cosas, cómo cuando te preguntás qué haces en determinado lugar, si llegaré a cumplir los sueños", describió.

"Hay que cerrar los ojos, apretar los dientes y meterle para adelante. Mi tío Lucas sacrificó mucho y mirá a dónde llegó. Él con una buena carrera ahora está tranquilo en Trelew con su hija y sus perros", cerró.

Matthysse valoró el encuentro mantenido con Lucas, en Córdoba, mientras el primero se preparaba para su quinto combate y el ex campeón del mundo se encontraba en dicha capital provincial, en compañía de su hija Priscilla.

Una carrera profesional en el boxeo que apunta a grandes peleas

El púgil de Trelew, al que lo manejan Sampson Lewkowicz y Carlos Tello, disputó su último combate ante Carlos "El Bisonte" Moyano, al quien noqueó en el segundo asalto para continuar creciendo con su trayectoria en el campo rentado.

Sin embargo, el chubutense no piensa en saltar etapas en su trayectoria y va paso a paso soñando despacio y de a poco. "Ya están analizando un nuevo combate para octubre, pero les va a gustar, aunque de eso se encargan mis promotores", indicó.

Primero un combate por el título Argentino de los Medianos, en el futuro alguna chance mundialista son los deseos del trelewense que sueña con los ojos abiertos y el paso de las peleas lo hacen mejorar, según su propio análisis.

"Después de mi segunda pelea (derrota frente a Franco Morello), empecé a tomar con tranquilidad las peleas. En las amateur lo hacía y trataba de no desesperarme. Es por eso que luego de ese combate salí a boxear, tranquilo y si hacía tambalear a mi rival no debía desesperarme porque él podría sacar una mano y se acabó. Esto es el profesionalismo, se sinceró.

El actual récord del "Niño Terrible" es de 4 victorias (3 por la vía rápida) y una derrota con nocaut.

"Ahora con Sergio Carabajal (a quien venció en las tarjetas por decisión unánime, en seis asaltos) me hizo madurar por que salí a boxear. Sabía que si quería lo buscaba y lo podía noquearlo bien, caer yo", aseguró sobre la pelea que lo tuvo seis asaltos en pie y que demostró su crecimiento en el profesionalismo.

Por último, el chubutense de 23 años, reconoció que ante Moyano, combate celebrado en la localidad bonaerense de San Pedro, sintió dos manos de su rival y eso fue un contexto de ir en búsqueda de conectar una serie de golpes.

"Ví que aguanté bien las manos y supe como responder, pero no me enloquecí. Eso se seguirá trabajando pelea a pelea y en el gimnasio, por eso se que vamos por buen camino", cerró.