Tras el pitido final, Diego Simeone se fue corriendo al vestuario, sin saludar a Jurgen Klopp, que pareció darse cuenta. El Atlético cayó en el Wanda Metropolitano en un partido polémico que tuvo absolutamente de todo.

La diferencia de estilos marcó una clara ventaja para los británicos, que a través de una extraordinaria maniobra individual de Mohamed Salah, acompañada por el oportunismo de James Milner, el conjunto de Jürgen Klopp festejó el prematuro 1 a 0 a los 8 minutos de iniciado el pleito.

Antes de llegar al cuarto de hora, los ingleses volvieron a castigar mediante un terrible disparo de Naby Keita que dejó sin posibilidades a Jan Oblak. Sin dudas, lo planeado por Diego Simeone no estaba saliendo. Y la obligación de adelantarse en el terreno de juego fue un llamado de atención para los colchoneros.

El descuento llegó rápido. Con mucho suspenso por la revisión del VAR por una presunta posición adelantada de Thomas Lemar, Antoine Griezmann fue el encargado de meter de nuevo al Aleti en partido. Incluso pudo haber empatado el choque, si no hubiese definido mal ante una salida de Alisson, luego de una magnífica asistencia de Rodrigo De Paul. En la capital ibérica, se disputó un choque de alto voltaje.

Pasada la media hora la figura del seleccionado francés campeón del mundo tuvo su revancha. Después de una obra espectacular de Joao Felix, el goleador galo surgido de la Real Sociedad selló el 2 a 2 con un disparo cruzado que el arquero brasileño no logró desviar. El grito del Cholo representó el sentimiento colectivo que se vivió en la Neptuno. En el Wanda Metropolitano hubo euforia y desahogo.

Con inferioridad numérica, el Atlético Madrid resistió hasta donde pudo. El penal que Mohamed Salah intercambió por gol le puso cifras definitivas a un encuentro cargado de emociones. Los reclamos del técnico argentino no fueron suficientes para amedrentar a un árbitro que falló en las jugadas divididas a favor del Liverpool.