Pablo Felicito Figueredo Marín, supo brillar en su país vistiendo los colores de la camiseta de su selección de handball, en el año 1994, fue uno de los deportistas que abandonó la delegación de Cuba, para quedarse en nuestro país, jugó en Sédalo, dirigió el seleccionado de Chubut, y hoy  dirige a los equipos de Club Huergo y Rada Tilly.

Conocido en el ambiente como “el cubano”, Figueredo, se desempeñó de extremo izquierdo en el balonmano. En el 94 decidió junto a otros cuatro compañeros abandonar la delegación cubana que había viajado a la Argentina en preparación para los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, junto a Julián Durañona, Lucas Cruz Guerra, Andrés Robles  y Rey Gutiérrez se quedaron en nuestro país  donde se dispersaron entre los clubes Sédalo y Vicente López.

Hoy dirige el equipo de varones de Rada Tilly y mayores femenino del Club Huergo. Además fue técnico del seleccionado mayores varones de Chubut en el 2011.

De ese recuerdo, junto al seleccionado cubano, Figueredo recordó:” mi paso por la selección nacional, fue algo maravilloso soñado por mi desde que empecé a jugar el handball. Representar mi país por el mundo, conocer otros países otras culturas, fue el despertar, saber que existía otro mundo dónde cada vez que viajabas te sentías libre”

El cubano que abandonó su país en busca de libertad

“Llegue a Sédalo  creo que para la temporada 1996 /97, a decir que rondaría los 30 o 31 años, no lo tengo muy claro, allí se encontraban Rey Gutiérrez y Andrés Robles, compañeros de equipo en la Selección de Cuba por muchos años y que  tomamos la decisión de quedarnos a vivir en la Argentina”, expresó Figueredo en dialogó con la página del club Sédalo.

Para “el cubano”, Sédalo fue especial, “es el comienzo de mi segunda etapa de vida, dónde tuve un maestro en cada uno de mis atletas, el club donde Jeremy (su hijo), dio sus primeros pasos en la vida, sus primeros amigos, inició su formación en este hermoso deporte que se llama handball”, expresó.

Jeremy Figueredo, es su hijo, y jugador de handball que se desempeña de central y con 21 años, en esta nueva temporada lo hace en el Córdoba Balonmano. Además pasó por la primera en Europa, con el Ciudad de Algeciras.

En la Argentina, jugó en el Ferrocarril Oeste y Sédalo, además tuvo un paso por el Pinheiros (Brasil) e Integró los seleccionados de Argentina, donde llegó a disputar el Mundial juvenil de Georgia del 2017.

El cubano que abandonó su país en busca de libertad

En la ciudad es un reconocido masajista y rehabilitador, su pasión por el balonmano la plasma en Federación Chubutense de Balonmano, donde brindó capacitaciones.

Para Pablo Figueredo, “los límites están solo en nuestra mente y el entrenamiento es donde tenemos que adquirir todas las herramientas que nos conducen a cumplir nuestras metas, es la base del rendimiento tanto individual como de equipo”, culminó.