Este viernes desde las 21 cuando Gimnasia salte a la cancha ante Regatas Corrientes en su temporada 33, la vida les regalará a los hinchas la chance de volver a ver a su equipo post pandemia y habrá un protagonista de lujo que será parte de una experiencia única. Una historia para Diego Romero que cerrará el círculo de la vida misma.

“Y el pequeño sonríe y abre los ojos. Y mira en silencio y va poco a poco buscando sus brazos. Y el padre lo besa y empieza su historia”, así dice José Luis Perales en una de sus canciones más emblemáticas, a lo mejor la trama que cruzará esta historia de amor, familia, la traspasa Gimnasia y Esgrima, que este viernes debuta en una nueva Liga Nacional de Básquet frente a los correntinos.

Diego Romero será una vez más hombre récord por sus campañas con la camiseta del mens-sana, seguirá sumando rebotes, puntos y con su rodillera negra en su pierna izquierda, quizás como muestra de sus batallas en el lomo, tendrá su 16ta campaña con la casaca de Gimnasia y su “77” en el pecho y en la espalda.

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El “Negro” saldrá al parqué del Socios Fundadores de una forma especial, porque estará acompañado de los hinchas que alentarán al símbolo del equipo, como al resto del plantel, pero el nacido en Bernardo de Irigoyen tendrá un grupo de “fanáticos” con los que él cerrará un círculo que comenzó allá en épocas de juvenil.

Don “Chachi” y doña Betty llegarán al estadio para ver religiosamente a su hijo, aquellos que desde siempre lo siguieron en silencio en una ubicación religiosa en la entonces popular y hoy convertida en platea.

Ante la victoria, la derrota, incluso cuando Diego visitó Comodoro para jugar junto a Quilmes de Mar del Plata, sus papás fueron espectadores principales del interno que asume una nueva campaña en su carrera deportiva, la 16ta, a los 39 años.

Tiempos donde, cuando las responsabilidades laborales lo permitían, su padre llegaba al Socios con su Renault 21 y un joven flaco y alto con cara seria bajaba del vehículo siempre con gorra al entrenamiento.

Diego Romero, en juveniles, en un equipo del que formó parte el hoy entrenador del

Partidos de juveniles o en aquel 17 de febrero de 1999 frente a Estudiantes de Olavarría, donde papá y mamá acompañaron al joven Diego desde la popular, lugar elegido para ver los duelos del hijo, hoy capitán, emblema y símbolo, aunque para ellos sea uno de sus cuatro varones.

La ubicación será la misma que la noche del 1 de junio del 2006 unió a la familia Romero porque padres, sus hermanos Marcos, Oscar y Sergio, “Chiquito”, que viajó para estar junto al “Negro”, estuvieron en la consagración frente a Libertad de Sunchales y así ver como el interno de 2.08 cumpla su sueño de ganar el trofeo de campeón de Liga Nacional de Básquet con el club que lo vio nacer.

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Sergio y Diego festejaron junto a sus padres y hermanos en el Socios Fundadores el 1 de junio de 2006.

La vida pasa, los lugares quedan, las historias transcurren y este viernes desde las 20.30 Gimnasia presentará a su plantel para una nueva campaña con “Chachi” y Betty desde la tribuna de siempre, hoy convertida en platea. Sin embargo, verán salir al “77” y con muestras de que la vida avanzó.

Diego unió su camino con Candelaria y fruto de ese amor nacieron Román y Tomás. Los pequeños que son laderos del capitán del “Verde” y donde seguramente el interno -hijo adoptado de Comodoro Rivadavia- vivirá una noche llena de emociones, porque de eso se trata también la vida, más aún cuando la misma te muestra que el paso del tiempo es para lo deportivo y lo personal.

Porque luego de más de 600 días ausente por la pandemia de coronavirus el “Negro” podrá estar frente a los hinchas, pero también ante su gente, como aquella que lo acompaña desde chico (sus padres), como su familia con su esposa e hijos, más los amigos de “La Banda” desde donde ellos se encuentren, de cara a lo que será una nueva temporada.

Romero, capitán y símbolo en el

Romero cumplirá uno de sus momentos más importantes y se mezclará una vida dedicada al deporte, con la que él eligió junto a su compañera de vida y sus pequeños.

Porque más allá de victorias, de derrotas, de puntos o de situaciones deportivas, el camino recorrido a veces une extremos o se cierran círculos y esta noche Román y Tomás, como reza la canción de José Luis Perales verán a su padre que los lleve en brazos para que “el pequeño sonría y abra los ojos, y mire en silencio y vea poco a poco. Buscando sus brazos y el padre lo besa y empieza su historia”.

El cuento que será de 33 campañas para el “Verde”, la 16ta de Romero en el club de sus amores y la de su familia y amigo que acompañará en el duelo ante el Regatas Corrientes.