Néstor Pitana, el árbitro argentino, se adueñó de la polémica en el encuentro entre Brasil y Colombia. Como saldo de dicho compromiso, su esposa vive un calvario y es custodiada por la policía en Misiones.

La acción de la que habla todo el mundo ocurrió a los 32 minutos del complemento, cuando Neymar intentó enviar un centro al área. La pelota le pegó al encargado de impartir justicia, con el agravante que le quedó a Paqueta, quien se la dio Renan Lodi para que tirara el centro y convirtiera Firmino. Hubo un gesto del misionero, al llevarse el silbato a la boca, que confundió a algunos jugadores cafeteros.

Primero fue la Federación de Colombia que se mostró molesta con la situación y le pidió a la FIFA la suspensión del árbitro. Pero lo grave ocurrió en el mundo tecnológico: Romina Ortega, su pareja, recibió amenazas telefónicas en su domicilio en Posadas y también por redes sociales.

Guillermo Marconi, titular del SADRA, gremio al que pertenece Pitana, se comunicó con las autoridades de la Secretaría de Gobierno de Misiones, que resolvió:  ponerle custodia de civil con un patrullero en la casa, hacer un monitoreo permanente a través de las cámaras de seguridad instaladas, que la mujer de Pitana no fuera a la Comisaría y que efectúe la denuncia en su domicilio.