El nadador trasandino fue el dueño de la costanera local durante varias décadas donde enseñó a nadar a varias generaciones de comodorenses. En su homenaje, hoy la calle frente al mar lleva su nombre.  Entra y conoce la historia.

La gente que ama el mar en Comodoro Rivadavia repite incansablemente: "no se entiende porque le damos la espalda". Y es verdad. Más allá de que el clima no acompaña para meterse al agua en gran parte del año en la capital petrolera, es un porcentaje de la población muy chico el que realiza actividades acuáticas.

Luis Mora fue uno de los pioneros en hacer docencia en la costanera local y dejó su huella en muchas generaciones que mantienen vivos sus recuerdos hasta hoy. Llegó a Comodoro Rivadavia a mediados de la década del 50 desde su Valdivia natal, poco antes de cumplir 20 años, pero con la vocación de docencia y práctica deportiva profundamente definidas.

A comienzos de la década del 60 comenzó con su academia junto a su esposa Nora, y ya reunía numerosos grupos de chicos que pasaban todo el día en la costanera con él. La jornada comenzaba cerca de las 10 y se extendía hasta las 18 y la tarifa de la academia era lo de menos: el que podía pagaba, y el que no, no importaba.

Todo el que participó de la academia guarda con cariño el apodo del bautismo. Ceremonia que incluía una mesa en la orilla de la playa, un poco de harina en la cara y un chapuzón en el instante que Luis Mora anunciaba -con su clásica tonada- el nuevo apodo del nadador que iba desde "Sirenita" hasta "Betún" pasando por "Pescadito", "Corchito" o "Mojarrita".

El verano tenía su punto culmine con la Noche Veneciana. Se organizaba en vísperas de Carnaval y participaban todos los chicos de la academia. Al atardecer, se podía ver a los nadadores con sus mallas y capas bordadas con motivos marinos. La columna encabezada por el rey y la reina y las banderas, desfilaban por la San Martín hasta la costanera, donde la fiesta terminaba con una enorme fogata en plena playa y los chicos en el agua otra vez.

El Municipio colocó, gracias a una iniciativa del Centro de Periodistas Deportivos, el nombre de Luis Mora a la calle de la costanera pero no alcanzó para ponerle su nombre a la casilla que hoy en día es de los Guardavidas de Comodoro Rivadavia. Pasarán los años, y los nadadores de esa época recordarán con mucho cariño a quien les enseñó a perder el miedo al agua porque Luis Mora sigue vivo en los mares de la memoria.

(Fuente: El Patagónico)