El jugador formado en Petroquímica y que tuvo un paso por el handball de Buenos Aires, jugando en Colegio Ward, charló con Pasta de Campeón y, en una extensa charla, repasó su gran trayectoria en este deporte.

Un histórico del club de km 8 le contó a Pasta de Campeón cómo surgió su pasión por el balonmano, lo que significa el club Petroquímica para su corazón, sus ídolos en la disciplina y esa transformación de “Pingüinos a Vikingos” en la selección de Chubut, además de su paso por Buenos Aires jugando un Panamericano junto a Colegio Ward.

De profesión, Profesor de Educación Física. Como jugador de handball, se destaca en el lateral izquierdo y en ocasiones jugando de extremo. Marco se abrió y emocionado recordó sus orígenes. De niño, su primer acercamiento al deporte fue jugando al básquet, la vida hizo que la disciplina no perdure en ese tiempo en Km 8 y pruebe jugar al handball, iniciándose en la actividad municipal junto al profesor Pedro Rubén Caffaro.

De esas primeras experiencias nos comenta: “recuerdo que jugaba de extremo y el profe del otro equipo decía que me dejen tirar al arco, que no llegaba, y era verdad, creo que la pelota picaba cinco veces antes de llegar al arco, cada vez que lanzaba”, menciona.

Sin el espacio de handball en el sindicato, la actividad se terminó, y allí fue el momento donde comenzaron a convencer a alguien muy especial para ellos: su tío Miguel el “Gringo” Pierresteguy, quien, en ese tiempo, había tomado la posta en lugar de su hermano “Oscar” (que se encargaba de las chicas de handball del club).

Allí comenzó Petroquímica con su equipo de handball masculino, comenta Marco y valora los años que le dedico el “Gringo” a su formación: “estuvo al frente del equipo unos 15 años, fue el que sostuvo al equipo, el que nos llevó a todos lados, nos entrenó, nos preparó, a su modo, porque él no es profe, pero siempre fue un apasionado del deporte. Y tuvimos una muy linda experiencia desde muy chiquito viajando a muchos lugares y jugando muchos torneos”.

Pero lo que más recuerda de los primeros pasos en las competencias, era la vida en los albergues donde se hospedaban y le dedica un renglón aparte. Mencionando sus dos torneos importantes jugados, un regional en Caleta Olivia y otro en Trelew, destacando la importancia de las familias.

En Trelew, dormimos todos en la casa de Jonathan Ruiz Cobos (jugador y Profe de Independiente de TW), tiramos, colchones, mantas en el living, en el pasillo. Esas vivencias desde chico son geniales, nos cocinaban nuestras madres. Recuerdo a Graciela Fenoy (mamá de Rodrigo Torres), una de las personas que en ese momento los acompañó mucho, y a mi mamá Ana Pierresteguy, y en ese torneo estaba la mamá de Jonathan”, remarcó.

Marco De Sousa, un histórico del “verdolaga” y de la selección de Chubut

Sus primeros pasos en primera, la convocatoria a selección, y la posibilidad de jugar con su ídolo de la vida

Después de todos esos aprendizajes empezó otra etapa en su carrera, la que Marco considera “la de madurar en el deporte”. Reflexionando y haciendo alusión a una frase que escuchó de Pablo Aimar- que recuerda a esos momentos que eran chicos en la época de River jugando con Saviola y Di María- comentó que: “ahí nos llevaba el instinto, jugábamos por instinto, nos divertíamos, hacíamos un gol y hacíamos piruetas. Cuando sos grande, tenés que pensar un poquito más esas cosas”.

Frase que Marco, la tomo como propia: “cuando sos grande, tenés que economizar energía, y es más o menos en esa etapa en la que me tocó entrar después. Cuando empecé a jugar con los chicos que estaban empezando a conformar el equipo de primera de Petroquímica”, reconoció.

Teniendo algunos minutos en cancha, le llego la convocatoria de Eduardo Calvo, entrenador de Huergo (en ese momento) y DT de la selección de la provincia, para jugar Torneos en primera junto al equipo de Huergo, donde también cumplía el mismo rol que en Petroquímica: “entraba, hacía un par de jugadas, se me caía dos veces la pelota y salía”, allí empezó a conocer un handball más competitivo, en un equipo mucho rodaje, y conocimiento entre ellos.

De ese equipo destaca, jugadores que lo marcaron en sus primeras experiencias, nombrando a dos integrantes de ese quipo de Huergo, en primer lugar, al “Vasco” Larraya: “parecía su pollo, me llevaba para todos lados, me hablaba y me aconsejaba”, y a la segunda persona que recuerda es a alguien que él considera su ídolo de toda la vida: Daniel Taquias, a quien Marco miraba jugar con admiración.

“Él resolvía la situaciones con un temperamento, la verdad que era como verlo jugar a Messi para mí, o a Riquelme. Una persona que no se inmutaba, pero siempre resolvía las cosas de una manera, siempre te daba un consejo, una mano en algo. Fue y sigue siendo un referente para mí, hace un par de años lo vi jugar un ratito en un torneo relámpago que se hizo y la verdad que fue recordar esos momentos en el que me deleitaba con su juego”, recordó De Sousa.

Con ese rodaje en Huergo, le llegó su primera convocatoria a la Selección de Chubut, fue en el año 2005, para el Torneo Argentino que se jugó en Mendoza, con el “Cacha” Calvo, como entrenador y con todos estos chicos de Huergo, en ese equipo igual estaban con Andrés Caffaro y Rodrigo” pájaro” Cosignani.

Con su club de la vida, Petroquímica, participó y ganó varios torneos, Marco De Sousa, considero el mejor año, el 2013, donde lograron un ascenso en el nacional de clubes B disputado en Mendoza, obteniendo el segundo puesto. Y el año 2018, donde ganaron todos los torneos de ese año, incluyendo la Copa Pueyrredón.

Por último, en referencia a la pasión “verdolaga”, resalta:” jugamos finales muy linda, por el público que nos alentaba, con una bandera muy grande colgada en el gimnasio y todas las inferiores del club acompañándonos”.

Marco De Sousa, un histórico del “verdolaga” y de la selección de Chubut