El DT comodorense fue uno de los entrenadores más exitosos de Río Grande y le dio una identidad a la gran barriada de Chacra II y zonas aledañas, creando el club Real Madrid en 1989 con su familia. Venía luchando desde hace un tiempo contra el COVID-19.

Carlos Orlando Hernández, tal cual rezaba su DNI, oriundo de Comodoro Rivadavia y con más de tres décadas en Río Grande, comenzó su historia como jugador de fútbol en el Club CAP primero y en QRU después, y una vez que colgó los botines decidió crear su club y atender las necesidades de los más pequeños, sin soñar entonces con la realidad que vive hoy la institución.

A Real Madrid lo fundó el 11 de diciembre de 1989 junto a su hermano, hermana, señora y hasta vecino lindero, Guillermo Pereyra.

Hernández jugó en el fútbol comodorense, en el club General Saavedra y en la Liga de los Barrios. Sus comienzos en Río Grande fueron en la LIFI, el fútbol infantil de los inicios de los ‘90, y fue el trampolín para que los centenares de chicos se fueran acercando a un ser muy carismático que tenía un vínculo singular con los pequeños primero, con los adolescentes después, y finalmente con los hombres que son hoy esos jugadores, publicó el diario Surenio.

Ayer la noticia de su fallecimiento recorrió rápidamente todas las redes sociales y todo Río Grande se hizo eco del fatal desenlace de uno de los saxofonistas más reconocidos de la ciudad, era miembro de la Banda Musical de la Municipalidad y miembro de varios grupos musicales paralelos, su último amor fueron Los Piratas.

Su familia solicitó a las autoridades municipales que le permitieran velar al Tano en su “Templo”, el Gigante de Chacra, y las puertas del Polideportivo Carlos Margalot se abrieron con la esperanza de poder velar a Hernández en el lugar, algo que no sucedió, pero sí fue suficiente para que la “Pandilla de Real” colgara todos sus trapos y pudiese ofrendarle el último adiós.