En junio del 2020, en plena pandemia por COVID 19, Damián Malandra - flamante DT de Jorge Newbery - vivió una situación muy delicada de salud al quedar en el medio de un tiroteo entre dos ladrones y la policía en la zona de La Matanza, provincia de Buenos Aires.

El entrenador iba desde la cochera hasta su casa y vio pasar un patrullero que seguía a una camioneta a toda velocidad. Diez metros más adelante escuchó tiros, sintió el zumbido de uno que le pasó por abajo del brazo y el ardor de otro que le daba en el pecho. De un segundo para el otro se encontraba en el piso, desangrándose, pensando que así se iba a morir, publicó Clarín en el mes de agosto de ese año cuando tuvo su testimonio sobre el hecho de inseguridad.

Luego, el DT debió pasar por tres operaciones, ocho días de internación y dos meses de estricto reposo después para poder volver de a poco a su actividad como director técnico en el Ascenso.

“Estaba con capucha y barbijo. Muchos no me reconocieron. Estuve 20 minutos hasta que apareció una vecina con el auto y se la jugó por mi”, recordó Damián quien logró salvar su vida gracias a su madre, y dos vecinas que lo subieron a un auto para llevarlo hasta el Hospital Balestrini, donde lo atendieron. En el hospital, Damián estuvo seis horas en el quirófano, donde le practicaron operaciones en tres órganos.

El entrenador pasó ocho días internado en terapia y dos meses en cama, pero como recuerdo quedó le una cicatriz que empieza en el esternón y baja hasta el ombligo. Antes de la cuarentena, en 2020, estaba a punto de cerrar un contrato de trabajo en la segunda división de México. Y una semana antes del disparo, lo habían llamado de dos equipos del Ascenso.

A la hora de hablar de fútbol, que es lo que más le apasiona, Damián se define como “muy lírico y amante del buen juego”. Dice que es “fanático de la Premier League y del ‘jogo bonito’ de Brasil”.

Su estilo de juego se caracteriza por ser “un equipo protagonista: jugar mano a mano con los centrales en mitad de cancha pegados a los delanteros. Siempre llegar a posición de gol con 8 jugadores. Los laterales tienen que ser aviones, que lleguen abajo del arco. Los extremos se meten adentro o afuera en viceversa. Bien ofensivo y presión alta. Me dicen el “Loco” Malandra. Amo a Menotti, me encanta Guardiola y me gusta Bielsa”.

Al fútbol se dedica desde chico y llegó a jugar profesionalmente en el Ascenso. “Tuve lesiones, jugué poco y dejé. En el 2012 empecé a trabajar de analista de videos. Le hacía los informes y videoanálisis a los técnicos de primera y el ascenso. Después arranqué a trabajar con Juan José Serrizuela en Colegiales y en Nueva Chicago como ayudante de campo. En 2019 empecé a dirigir en El Porvenir”, le comentó a Clarín tiempo atrás.