El presidente de San Martín tomó la determinación y abrió el debate. “Estamos con las dificultades propias de un club de Esquel con pocos socios que pagan la cuota", explicó el dirigente Juan Manuel Freeman.

Tras la habilitación parcial de las actividades deportivas en espacio cerrado, con una drástica reducción de jugadores por turno y de no poder practicar -con pelota- futbol de salón o básquet por dar dos de los ejemplos donde el roce es parte del juego; la dirigencia del Club San Martín de Esquel tomó una decisión drástica: sacar el medidor de luz por no poder pagarlo.

La institución cordillerana sigue con la postura de no abrir el gimnasio de la avenida Fontana y Alvear, “y esperar cómo evoluciona la cuarentena en nuestra ciudad”.

En conversación con Red43 el presidente del club, Juan Manuel Freeman, destacó que “tenemos que conversarlo con los demás integrantes de la comisión directiva para ver qué criterios vamos a tomar con esas actividades: si las mismas empiezan a full con todas las horas ocupadas y con todos los chicos, es posible que podamos abrir, pero las actividades parciales y con pocos chicos encarecen demasiado los costos para las clases y por ende el club debería hacerse cargo de más costos fijos, lo que hace que esta situación sea muy complicado.”

Freeman destacó que “las actividades en el club están por supuesto suspendidas y esperando la evolución de todo, suponemos que al aire libre las actividades serán más fáciles su regreso pero tras haber leído el protocolo para las actividades adentro, lo vemos todavía complicado porque lo vemos para un tipo de gimnasio de pesas, más que para actividades de básquet o de fútbol de salón, porque no se pueden hacer partidos o entrenamientos con roce personal y entendemos que eso todavía no lo vamos a aplicar”.

Apenas arrancó la cuarentena, los dirigentes tomaron una drástica medida para no generar más gastos. “Estamos con las dificultadas propias de un club de Esquel con pocos socios, con pocos socios que pagan la cuota, sin ingresos por los alquileres que tiene el club, porque hubo que negociar esa parte. Y hemos hecho retirar del gimnasio el medidor de luz para no generar más gastos y hasta no resolver que hacer”, remarcó.

En el predio solamente se prende cada tanto la bomba de profundidad del pozo de riego para que no se estropee el campo de juego y en tiempos lindos han realizado un corte del césped. “Evaluaremos como siguen las normas de la provincia para ver como encaramos esta etapa que sin dudas va a ser distinta, porque exige también unos costos adicionales para las instituciones, por ejemplo debemos hacernos cargo de la higiene, que de pronto antes no existían, como ser poner en el ingreso trapos con lavandina, disponer de alcohol en gel y todo eso significa una organización y ciertos protocolos que habrá que respetar y seguramente significarán mayores costos”, concluyó.