La llamada de un representante a su departamento en Avellaneda,  el viaje a Europa con un destino por lo menos casi inesperado. Sin embargo, bien a su temple que fue sosteniendo y creciendo a lo largo del tiempo en su carrera profesional,  no le escapó al desafío y decidió emprender la aventura, con un nuevo lugar: Alkmaar ese mismo que hoy con el Manchester United visitan por la Europa League.

por Franco Córdoba

Hoy, por destino del mismo futbol, Sergio Romero, arquero de Manchester United regresa a Alkmaar, la ciudad europea donde creció,  se afianzó y comenzó con una carrera que lo llevó a ser un indiscutido de la Selección Argentina, pero donde además salió campeón y cosechó records.

A partir de 2007,  Louis van Gaal lo pulió junto a su cuerpo técnico y a pesar que no hablaba el “dutch”, se convirtió con gestos y silencios en uno de los jugadores que a fuerza de trabajo le dieron el puesto y el reconocimiento en una pintoresca ciudad que lo reconocía día a día.

Romero era arquero suplente y Van Gaal le dijo que le pensaba dar una serie de partidos para que intentara demostrarle si podía ser titular. Algo que a fuerza de trabajo y en silencio supo ganarse.

El nacido en Bernardo de Irigoyen fue uno de los líderes del vestuario, que no alcanzó a ser capitán por modos en Europa o en Holanda, donde por no hablar su lengua no “valía” tal “distinción”, aunque su personalidad dentro y fuera de la cancha lo llevaron a ser líder fuera de cuatro paredes.

En un encuentro por la Copa UEFA (hoy Europa League),  un 16 de septiembre de 2009,  en fase de grupos ante Larissa de Grecia las cosas no serían “muy normales” para Romero. Su titular, Boy Watermann inesperadamente salió a cortar un córner y al pisar misteriosamente sufrió una lesión.

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El chico que había salido de Almirante Brown en el futsal de Comodoro, luego en CAI y tras debutar en Racing automáticamente se paró en el banco de suplentes y ante la mirada de Van Gaal comenzó a moverse y entrar en calor. Mientras, el titular dejaba la cancha con un aroma a tirarle un fierro caliente, aunque como decía el locutor de la Aventura del Hombre: “Lo que nadie sabía…" llegaría después.

“Checho” para los de Comodoro o “Chiquito” saltó a la cancha y la hinchada acostumbrada a gritar el apellido del arquero, en este caso un recibimiento tibio con palmas y el misionero levantó la mano con un gesto de tranquilidad, taconéo el palo con su pierna derecha y atajó lo que restó del primer y segundo tiempo. El resultado final fue empate 0-0, pero con Sergio Romero como el Jugador Más Valioso del partido, premio dado por la UEFA.

A partir de ahí culminó su primera temporada entre suplente y con una constancia cada vez que entraba a la cancha que lo hacía dueño en silencio del arco del equipo holandés. En la temporada 2008-09 el arquero sería campeón con el equipo de Van Gaal y con récord de valla invicta en partidos de la Liga Eredivise (Liga holandesa).

Romero y Van Gaaal, una sociedad ganadora en Holanda (foto archivo: AZ.nl)

Hoy el ex DSB Stadium (hoy AFAS Stadium) no podrá recibir a “Chiquito” Romero y los ingleses del Manchester United por Champions League, porque el estadio sufrió la rotura de techo y tribunas con un temporal de viento, pero si el barrio North Holland, el supermercado Albert Heijn y aquellas mañanas de desayunos con el plantel holandés serán recordadas por el nacido en Bernardo de Irigioyen, con más experiencia, más partidos, una familia consolidada, pero con ese silencio y temple con el que llegó a Europa en la pretemporada que lo recibió  Louis Van Gaal y donde todo ´comenzó para el arquero con más partidos de la Selección Argentina y sus prodigiosas manos para poner a la Selección en una final de Copa del Mundo tras 28 años en 2014, en penales ante Holanda y su entrenador en AZ Alkmaar.

Fotos archivo AZ. NL