El viento sopla fuerte este miércoles en Comodoro Rivadavia, ciudad donde varios arqueros pasaron a la historia por haber convertidos goles de arco a arco. Jeremías Cruz, Martín Tula y Mauro Leguiza le respondieron a PDC qué es lo más difícil de jugar con viento y recordaron como lo sufrieron bajo los tres palos.

Por Fredi Carrera

Jeremías Cruz, el uno de Rada Tilly, aún recuerda como el viento lo castigó en uno de sus primeros partidos con el equipo de la villa. Ese día enfrentaba a Oeste en condición de visitante y las ráfagas pegaban fuerte. En el primer tiempo, Rada tuvo viento a favor y en el segundo en contra y ahí vino lo complicado.

Jeremías recuerda un tiro libre de tres cuartos de cancha en que todo comenzó a ponerse difícil.  “Yo venía midiendo la pelota y la veía que iba cayendo, salgo a descolgar y a la pelota la agarra una ráfaga de viento y la mete al arco y gol. Pero el tiro libre era indirecto y el árbitro no lo cobró. A la jugada siguiente me pasó lo mismo: tiran la pelota al área, cabecean y cuando estaba por agarrarla otra ráfaga la metió adentro”.

La anécdota del uno es una de tantas en una ciudad en la que el viento sopla fuerte y donde varios arqueros pasaron a la historia por haber convertidos goles de arco a arco.

Jeremías admite que “jugar con viento es reproblemático, ya sea para el jugador de campo como para el arquero”.

“Cuando era más chico me gustaba jugar con viento a favor porque pensaba alguna va a tener que pasar. Pero para la mayoría de los arqueros nos re dificulta, más a los arqueros de estatura baja como yo. Los recaudos que vos tenés que tener es estar entre el arco y el área chica, siempre cuando la pelota este pasando la mitad de cancha, porque si te meten un pelotazo y te encuentra afuera del área lamentablemente la vas a buscar adentro”, contó.

El uno asegura que para los técnicos a veces puede ser bueno jugar con viento, ya que el jugador tiene que cuidar más la redonda, principalmente cuando lo tiene en contra. Sin embargo, todo indica que son más las contra que los pro ya que como dice Cruz, si al sacaR “le pegás muy arriba la pelota te puede llegar a volver y puede terminar en gol”.

AL VIENTO SE SUMA LA TIERRA

Martín Tula, quien volvió a ponerse la camiseta de Jorge Newbery, asegura que todos los partidos son difíciles, “con viento o sin viento, pero con viento en contra es lo más difícil”, dice a PDC.

Para el uno lo más complejo de controlar son “los centros cerrados y los pelotazos largos. También   hay que tener cuidado con el pique y esperar hasta lo último, no arriesgar tanto porque una ráfaga de cambia la dirección”.

Tula sufrió el viento en carne propia, principalmente cuando Jorge Newbery estaba colocando césped y hacía de local en otras canchas. Es que como dijo: “imagínate que se dificulta jugar con viento, imagínate con la tierra”.

DIFÍCIL HASTA PODER ENTRENAR

Claudio Soviers, arquero que viene del ascenso, asegura que es más difícil jugar con viento en esas categorías y detalla qué es lo más complicado: “Los remates de afuera del área y tiro libres de media distancia. El rival busca pegarle al arco porque sabe que un remate puede desviarse y puede ser gol”.

Soviers, admite que esta semana se hizo difícil entrenar y que en más de un ejercicio fue imposible practicarlo: “Hacíamos lo que podíamos. Cuando íbamos a buscar la pelota arriba nos pegaba en la cara, no la agarrabas, un montón de dificultades”, graficó.

EL VISITANTE LO SUFRE MÁS

Mauro Leguiza, el ex uno de la CAI, también recuerda el viento comodorense y cómo lo sufrió frente a Gimnasia de Mendoza, cuando Jonatán Morales convirtió un gol olímpico con ayuda del Eolo en una instancia decisiva del Federal A.

Sin embargo, el uno asegura que a veces también es beneficioso, principalmente cuando vienen equipos de otras ciudades.

“Para nosotros era un jugador más, teníamos buen pie, salíamos jugando siempre y el que lo sufría era el equipo rival. Era un karma para ellos jugar en Comodoro y más si le tocaba un equipo de viento”, recordó.

Es como se dijo al principio de la nota, el viento ha castigado a más de un arquero y beneficiado a otros que quedaron en la historia del fútbol de la ciudad.