Campeón de América y pieza fundamental en el armado de Lionel Scaloni, Nicolás González hoy vive un presente soñado pero fue nada sencillo para él llegar hasta donde está. "Mis viejos estuvieron conmigo, yo sufrí los tres años, pero más el primero en el Stuttgart. Empecé a hacer goles en los amistosos y en el campeonato estaba el arco bloqueado y terminamos descendiendo. Allá no lo sufren como nosotros", comenzó.

"Llegaba de jugar y me ponía a llorar porque veía que a los alemanes les daba todo lo mismo y a mí no. Por suerte tuve a mi familia, porque no era fácil llegar solo a Alemania y les agradezco mucho por estar conmigo", contó el zurdo recordando momentos duros de su carrera.

El volante que suele adaptarse como punta o lateral izquierdo contó cómo fue tocar el cielo con las manos y ser campeón de América:  "Se nos dio la posibilidad de ganar la Copa que fue algo maravilloso y único que hace tiempo no se daba. Cuando terminó el partido, salí corriendo a abrazarlo a Leo".