Vélez gritó campeón del fútbol argentino y con ello se definieron los últimos cupos a la Copa Libertadores y Sudamericana.

Entre ellos, Boca y River, que siguieron la definición en Liniers como si fuese propia porque una victoria de Huracán les hubiese amargado lo que ya de por sí es un año poco feliz.

Todo se dio como los dos gigantes deseaban y el camino quedó sellado: el Xeneize jugará el repechaje del máximo certamen continental y el Millonario ya clasificó directamente. Y esto, como si fuera poco, trajo aparejado otra consecuencia: podría haber Superclásico en fase de grupos.

Para que se lleve a cabo este cruce que le daría un color inigualable al arranque de la competencia, antes que nada Boca deberá pasar la Fase 2, ante el ganador del duelo entre Alianza Lima (PER) y Nacional (PAR) y luego la Fase 3, ante el ganador de Deportes Iquique (CHI) e Independiente Santa Fe (COL).

De hecho, hoy justamente se enterará quién será su primera rival. Y claro, después el sorteo deberá hacer lo suyo y ubicarlos en la misma zona.

El hecho de que el conjunto de la Ribera arribe desde el repechaje lo habilita a compartir el mismo grupo con otro equipo del mismo país (lo propio corre para cualquier club que esté en esta situación, según indica el reglamento de Conmebol), algo que hubiera sido imposible si hubiese clasificado directo.