La gran final de la Copa Libertadores entre Boca y Fluminense quedó envuelta en una polémica este jueves. 

Según trascendió en Brasil, a tan solo 16 días de la fecha pautada, Conmebol recibió un reclamo de Flamengo que pone en riesgo al Maracaná como sede.

De acuerdo a la información que dio a conocer la cadena O Globo se originó un problema para la final del máximo certamen continental.

Por reglamento, Flamengo está obligado a hacer entrega del escenario una semana antes del mismo. Pero el problema se aduce que el elenco de Rio de Janeiro no quiere ceder su localía dado que tiene un partido en ese estadio días antes.

Esta situación obligó a las autoridades a realizar una reunión de forma urgente. En una reunión entre las dirigencias del Xeneize -que tuvo la presencia de Juan Román Riquelme- y del Flu, la Conmebol analizó mudar el partido de Río de Janeiro, pero decidió mantener el Maracaná a pesar de las presiones del Fla.