Patronato y Defensa y Justicia dieron vida a un entretenido primer tiempo en Paraná, con goles y ocasiones, que se cerró con un 2-2 que terminó siendo justo para ambos.

Pero sobre el cierre de esa primera mitad se dio una situación insólita y totalmente fuera de contexto: el entrenador del local, Iván Delfino, fue a buscar a Sebastián Beccacece y lo agarró del cuello mientras entraban al túnel que los conduce a los vestuarios.

Según explicaron los cronistas en la cancha, a Delfino no le gustó la manera en que Beccacece festejó el gol que significó el 2-2 parcial. En las repeticiones, el ex técnico de Racing e Independiente muestra la efusividad (a veces exagerada) que tiene acostumbrado.

Las cámaras mostraron a Delfino agarrándolo del cuello camino al vestuario y a Beccacece sorprendido, improvisando un abrazo. Los futbolistas, conscientes de que algo pasaba con sus entrenadores, iniciaron una breve escaramuza que se terminó disipando.

Una escena extraña que vuelve a descubrir la peor cara del fútbol argentino, la de la falta de respeto, los nervios y la intolerancia ante cualquier circunstancia.

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