El ex jugador de Jorge Newbery, Arnaldo “Pimpino” Henríquez, dejó de existir físicamente a los 61 años y enlutó a la familia “Aeronauta”. ”Pimpino” vistió la camiseta del “Lobo” en la década de los 80, consagrándose campeón en varias oportunidades.

Apareció cómo un fantasma en primera división y rápidamente se ganó el puesto de mediocampista central y nunca más dejó. Siempre quería estar, quería ganar. Lesionado, infiltrado, él siempre quería jugar.

Se plantaba en el medio y era la garantía para quitar y distribuir con criterio. De hablar lo justo y necesario. Tipo gentil, solidario y respetuoso con todos, aún con los "colimbas" que no tenían visitas a quienes repartía las ricas tortas fritas y pasteles que preparaba su madre y tías.

Afuera no le gustaba hablar de fútbol. Siempre pensaba en cómo iba a buscar mejor tecnología para la imprenta de YPF y dar un mejor servicio.

Pero llegaba el domingo ,se calzaba los botines y se transformaba. Era un verdadero león, que jugaba con rionegrino Alcalá por derecha y a su izquierda con Osvaldo Santana, teniendo como referencia de área al "Lalo" Carrillo y M.León o Cabezas o Mansilla por las puntas.

También llegó a jugar en la selección petrolera. Jugador de esos que son imprescindibles. Cuando terminaban los partidos su camiseta estaba "empapada”, dejaba hasta la última gota de sudor.

Una lesión de meniscos lo alejó a temprana edad y desde entonces iba cómo un hincha anónimo a las canchas. En realidad le gustaba más estar con su familia, su madre con quien vivía en las 313 y visitas constantes a su padre, el inefable "Nano" en el Ameghino Nuevo.

Hoy, después de padecer una cruel enfermedad, su corazón dejó de latir. El club lo despidió a través de sus redes sociales:

Nota: Oscar Payaguala (Patagonia Deportiva)