El flojo desempeño de Racing frente a Boca, por los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, podría haber tenido origen en un escándalo que se suscitó en le vestuario y que involucró al ex mánager del club, Diego Milito y a Adrián Fernández, presidente del fútbol amateur.

Si bien el local jugó un partidazo (ganó 2-0) el equipo de la Academia lució deslucido y estuvo lejos de la intensidad y agresividad que suele mostrar su juego.

Según dio a conocer el diario Olé todo empezó con una discusión entre Milito y Adrián Fernández, con quien mantiene una relación tirante desde hace tiempo y muchos del entorno lo señalan como una de las principales causas por las que el ídolo decidió no renovar su contrato e irse.

Fernández no tenía permiso para ingresar en el vestuario, y cuando Milito lo advirtió le ordenó que se fuera. Esto generó un tumulto tan grande que incluso Sebastián Beccacece y hasta algunos jugadores intervinieron para calmar las aguas.

La incómoda situación generó una leve descompensación en Víctor Blanco, presidente del club, que debió ser atendido por un médico de Boca.

El jueves el dirigente concurrió a hacerse los chequeos solicitados en la atención de emergencia y le encomendaron que se mantuviera alejado de sus funciones por los próximos días.

Bajo ese pésimo clima salieron los jugadores a enfrentar a un Boca necesitado que no dejó opción para pensar y se llevó la victoria y la clasificación.