Luego de levantar la Copa América en Brasil, el 10 se retiró de las instalaciones de Ezeiza y llegó a Rosario, donde fue recibido por su esposa.

El plantel de Lionel Scaloni arribó a Ezeiza alrededor de las 8.45, donde lo esperaban todos los fanáticos con enormes carteles en agradecimiento por la gloria de haber rememorado la última consagración continental de 1993 y cortar con una racha de 28 años de sequía.

La euforia de todos los hinchas que fueron a recibir al plantel campeón se hizo notar. Como siempre, el amontonamiento con tal de conseguir algún que otro saludo o video de los futbolistas estuvo presente y Messi también fue partícipe de eso. Por eso, para esquivar la multitud, el auto particular que lo sacó de las instalaciones tuvo que agarrar por la banquina.

Tras dejar el predio de Ezeiza, Lionel Messi se fue en un vuelo privado a la ciudad de Rosario para encontrarse con su familia y la primera en recibirlo fue Antonella Roccuzzo.