La terrible revelación un crack del fútbol argentino: “Pensé en suicidarme cuando estaba sumergido en el alcohol”
Sin embargo, la noche y los excesos lo dejaron en bancarrota. Se recuperó como empleado municipal y se jubiló tras 30 años de servicio.
El "Hacha" Luis Antonio Ludueña brilló en Talleres de Córdoba, lo quisieron Málaga de España, Boca, Independiente y San Lorenzo y se perdió el Mundial del 78 por una lesión absurda. “Me gustaba salir de noche con ‘amigos’ y despilfarrar dinero en mujeres, alcohol, e iba de boliche en boliche. Cuando sos reconocido te vienen a buscar de todos lados para salir de juerga y no te das cuenta de qué ese tipo de amistades son las que te arruinan la vida. Cuando me quedé en bancarrota, porque había malgastado mi plata, pedí ayuda, pero esos ‘amigos’ se borraron”, describe Luis “Hacha” Ludueña, quien hoy es jubilado, tras trabajar durante 30 años en la Legislatura de Córdoba.
Antes de ser empleado público, el Hacha Ludueña fue un lujoso volante por derecha, definido en su momento como “El Dios del Fútbol”, que brilló en Talleres de Córdoba y que vistió, además, la camiseta albiceleste de la mano de César Luis Menotti, previo al Mundial 78. Pero, producto de una lesión, quedó afuera de la convocatoria definitiva para la primera Copa del Mundo ganada por Argentina.
“Se me cortó el tendón del dedo gordo del pie izquierdo. Estaba en la casa de un amigo cerca de la pileta. La empleada doméstica me empujó al agua. Me volví loco, me saqué los zapatos, y me miré enseguida. Tenía un tajito chiquito. El pie se me había ido y me corté con el borde. Al otro día tenía el pie hinchado. Hugo Velázquez, médico en su momento del seleccionado nacional, se larga a llorar y me dijo: ‘Te perdiste el Mundial, te cortaste el tendón’. Lloré mucho. Dios sabrá por qué no lo jugué”, reveló dolido por aquella situación.
“Pensé en suicidarme cuando estaba sumergido en el alcohol y la joda. ¡Ahora no! Porque todos mis hijos son muy buenos y tengo nietos bárbaros. Pero si no fuera por ellos no sé qué hubiera pasado con mi vida, no estaría en este mundo”, confesó Ludueña.
Al mismo tiempo, agregó: “Tomaba mucho alcohol. Hace 24 años que lo dejé, pero era un adicto. Hay días que la pasaba muy mal en todos los sentidos y se me notaba en lo físico, en la salud por todo lo que consumía. Pero cuando dejé el alcohol recuperé a mis hijos porque estábamos distanciados. ¿Qué cosa puede ser más importante que eso? Recuperé el amor y el cariño de ellos”, sostuvo en un mano a mano imperdible con Infobae.