La fiesta no pudo ser completa para la Selección Argentina. En la noche del sábado, el equipo nacional fue en busca de un nuevo título mundial en la ciudad de Montecarlo, y se encontró con el siempre difícil y temido Brasil.

Las cariocas llegaban a este encuentro como las favoritas, habiendo goleado a casi todos sus rivales, pero la Argentina hizo lo suyo y se posicionó como un dignísimo rival.

El partido comenzó de manera estratégica, siendo una partida de ajedrez donde Albicelestes y Verdeamarelas se estudiaron a fondo, siendo éstas últimas las más incisivas pero poco determinantes. La primera mitad se extinguía y dejaba el marcador con el 0 inamovible.

Ya en el complemento, la historia rápidamente se torcería en contra de las locales, que habían terminado mejor los primeros 20 minutos.

Una desatención en el fondo, propició la apertura del marcador por parte de Barboza, quien se escurrió en el área de la arquera Schulze y puso el 1-0 parcial.

Un par de minutos después, sería Leao quien ampliaría la diferencia con derechazo imposible para la arquera Argentina y ponía el 2-0 en el Polideportivo Mundialista de Montecarlo.

Sin embargo, la Argentina no se dió por muerta y continuó batallando hasta que encontró el descuento: una gran subida de Verónica Cabrera dejó a la 10 de cara al arco de Theis, quien nada pudo hacer ante el bombazo de la capitana argentina.

Con el 2-1, Argentina fue más que Brasil y tuvo la chance de empatar en los pies de Arce, quien envió su remate por encima del travesaño.

Con el correr de los minutos, Brasil se fue sintiendo más cómodo y Argentina cayó en la desesperación de empatar, pero el cruel resultado ya no se movería y Brasil terminó por gritar campeón.