Las presiones, los miedos y el insulto de Barrientos a su psicólogo
Pablo Barrientos reveló sus momentos más difíciles dentro del mundo del fútbol. En su tercera etapa de San Lorenzo, vivió momentos personales complicados y contó cómo logró afrontarlos: “Tardé en superarlo, me desgastó mucho poder superarlo. Después fui saliendo de a poco, lo analicé y pedí ayuda”.
El jugador comodorense brindó una entrevista a Infobae en donde abrió su corazón y repasó su carrera dentro del fútbol. Al hablar de su amado San Lorenzo, el “Pitu” reveló situaciones complejas personales que le tocó atravesar en su tercera etapa en el club.
“Cuando sos chico, sos más inconsciente, y por ahí no me daba cuenta de un montón de cosas. Pero al ser más grande y más pensante sí, y eso hacía que me limitara en algunos aspectos. Por ejemplo, a mí me costó más jugar en San Lorenzo que en otros lugares por el hecho de querer hacer todo bien, porque era mi camiseta, por el cariño. Incluso hasta en un momento me dije ´tengo miedo de jugar mal hoy´. Con lo que significa el miedo, que te paraliza. Y sólo por querer hacer las cosas bien. En otro lugar, donde no estaba mi gente, no tenía miedo de que no gustara lo que hacía", comentó.
“Esto me pasó más en la tercera etapa (2014-2016, cuando ganó la Libertadores y una Supercopa Argentina ante Boca), épocas en las que jugábamos para ser campeones o para ganar una final. Me sentía inhibido, sentía que no estaba dando lo que quería. Pasaba semanas tristes, pensando si en algún momento iba a tener ese golpe de suerte, que me iluminara Dios, saliera algo favorable para mí. Trabajaba, entrenaba, y si no no se daba, me frustraba”, reveló.
Barrientos contó que esos momentos los pudo superar con la ayuda de su psicólogo: “Tardé en superarlo, me desgastó mucho poder superarlo. Después fui saliendo de a poco, lo analicé o pedí ayuda. Empecé a pensar: ´Si salgo, juego, seguro que igual me va a ir bien´. Lo trabajé con psicólogo. Fui mucho tiempo por esto. Hasta que tuve una vez una experiencia, la voy a contar”.
“En una sesión, lo insulto al psicólogo. Él no se movió, pero sí levantó la mirada por arriba de la libretita, mientras estaba escribiendo. Entonces le dije: ´Eso que vos sentís con el insulto, y que te lo dije yo solo, a mí me puede pasar con 40.000 personas´. Ojo, yo me auto presioné, eh, fui yo solito. Y uno también busca interiormente una herramienta para salir”, reveló.
“No lo hablé con un compañero, porque no le encontraba respuesta, entonces no me animaba a hablarlo. Yo crecí en San Lorenzo, el club me dio mi primer auto, mi primer manguito, la primera ropa, los botines espectaculares... Me terminó de formar como hombre, porque era un nene cuando fui. 14 años tenía... Cumplí 14 y a los días ya me fui para el club. Tuve mis vaivenes. Esa época de la pensión quizá no era la mejor. Nos tocó que se haya roto un vidrio y entraba frío, y por ahí en mi casa no pasaba, dormíamos calentitos”, afirmó.
En esos vaivenes, en los momentos de dudas, “Pitu” se sintió contenido por sus familiares y también recordó a otro comodorense, Víctor Hugo Doria: “En mi casa, mis viejos, mis hermanos, pero después está la otra parte. Estaba Gabriel Rodríguez, coordinador de las tres divisiones chicas de San Lorenzo (hoy en River). Muchas veces me enojé con él, pero le estoy recontra agradecido. También Víctor Doria, que es de acá de Comodoro, otro que también estando ahí me ha dicho alguna vez cosas que no me gustaron, pero con el tiempo me dije: ‘¡Cuánta razón tenía!´ Me enseñó la mujer que limpiaba la pensión, el que estaba a cargo... Todos me enseñaron”.