En un principio se creyó que se debía a una molestia muscular, pero el entrenador Christophe Galtier habló de “cansancio”.

El 10 argentino sufrió una marca muy áspera por parte de los jugadores del equipo portugués. Una vez en el banco de suplentes un asistente se acercó a hablarle.

Messi estuvo apenas unos segundos en el banco y luego se fue al vestuario acompañado por uno de los miembros del staff técnico.

Minutos después del encuentro, Galtier dijo: “Hizo una señal diciendo que se quería ir. En la última acción se sintió cansado. Se fue porque estaba cansado y porque un compañero fresco era mucho más interesante”.