Subiabre, con la fuerza del mar y el viento comodorense, con sacrificio y hambre de gloria
El futbolista de River Plate, campeón con la Reserva, es la clave de su propio presente: trabajo, silencio, un grupo familiar que lo sostiene y el hambre de triunfo que lo llevó a ser el Mejor Jugador de la Final ante San Lorenzo en Vicente López, además de regresar al gol con una definición increíble.
El comodorense Ian Subiabre se consagró campeón de la Copa Proyección este martes, con golazo incluido, para alcanzar el título con un 2-1 frente a San Lorenzo en el estadio de Platense y así, tras 10 años de sequía regresó a alzar el trofeo.
El equipo dirigido por Marcelo “Pichi” Escudero tuvo a un Ian Subiabre encumbrado, pero este es la resultante de ciertos factores que “atentaron” con su actuación grupal a individual en un semestre donde tuvo que reinventarse tras la salida de Martín Demichelis y la llegada de Marcelo Gallardo.
De tener minutos en Copa Libertadores y ser parte del plantel de Primera División, a “bajar” a Reserva, nada de eso parece haber modificado el horizonte en Subiabre y fue por más, donde redobló el esfuerzo, su trabajo, las ganas, el hambre por seguir su crecimiento como futbolista y un objetivo: demostrar que puede ser parte del Millonario.
TODO VALE EL DOBLE CUANDO HAY SACRIFICIO
Dicen que todo cuesta el doble, cuando uno llega a una ciudad de donde no es y a un lugar donde muchos están dispuestos a darlo todo por lo que puede dejarte sin tu meta. En el caso del futbolista profesional sureño antes van a tener que sacarle el caramelo de la mano al joven que fue niño y que sueña desde el sur, con un frío y viento como ejemplo de empuje y de mover imposibles o erosionar grandes montañas.
El jugador de 18 años que ya cuenta con contrato profesional sabe lo que es que todo cueste el doble y que al final haya recompensa. Su año sin dudas es de aprendizaje, con el premio ya teniendo un contrato profesional (con una renovación por el seguimiento de clubes importantes de Europa) y con la mira de muchos equipos en él para quien sabe si en un futuro vuela con destino al exterior.
Sin embargo, para tener el premio como campeón, con un golazo, y alzar el trofeo de la Copa Proyección y como Mejor Jugador de la Final, Subiabre tuvo que batallar con él mismo e invertir desde todo punto de vista. Pues si bien cuenta el jugador ofensivo con un talento innato, las actuaciones van de la mano de la contracción al trabajo y el no claudicar desde el hambre.
Un test de consumo máximo de oxígeno fue el puntapié en esta segunda parte del semestre, de una serie de inversiones que hace el jovencito que deslumbrara a un cuerpo técnico de Argentina con la Comisión de Actividades infantiles y luego le abriría la puerta para sumarse a River y ser considerado por la Sub 17 que lo llevaron a jugar el Mundial en Indonesia, como gran figura.
Un ejercicio para reconocer la capacidad y la potencia aeróbica de los jugadores, tener las velocidades de los umbrales ventilatorios o la velocidad aeróbica máxima, en pocas palabras tecnología de punta para un jugador que se sumó al plantel de Escudero y que junto a un grupo de grandes valores llegaron a las instancias finales.
El hambre fue parte de este proceso consagratorio, ya que una semifinal con derrota por 3-0 ante Lanús en La Fortaleza, y una actuación donde no fue la mejor para el comodorense lo llevaron a tener entre “ceja y ceja” su objetivo y por el que trabajó en silencio.
Ante el “Granate” dejó la cancha a los 65 minutos de un partido (3-1 abajo) donde mostró su valía, pero sin fortuna y con ello la chance de alcanzar la final ante un Vélez que luego vencería al conjunto del sur bonaerense en la gran definición.
El silencio del trabajo, el perfil bajo, la contención familiar, los amigos de siempre y una personalidad donde el joven que cumplirá 18 años (el 1 de enero) en su vida diaria la lleva ordenada como un adulto le suma además el que cuando ingresa a una cancha lo hace como león enjaulado y demuestra su talento y astucia.
Cambio de ritmo, velocidad, picardía y potrero como aquel que adquirió desde sus tiempos de futsal con “El Globito” -donde compartió equipo con su hermano de la vida Thiago Alvez hoy jugador profesional de Independiente de Avellaneda- son parte de un ADN bien comodorense.
Subiabre no se amilanó con las negativas a ser llamado a las preselecciones sub20 del equipo de Javier Mascherano en 2024, y con la salida del DT rumbo a Inter Miami, Diego Placente que lo llevó a Indonesia para el Mundial sub 17 tiene al comodorense soñando con la oportunidad de llegar a la Copa del Mundo del próximo año que se disputará en Chile.
UN GOLAZO, EN UN MOMENTO CLAVE
El último gol de Subiabre había sido el 24 de octubre en la anteúltima fecha de la primera fase en el 3-1 ante Belgrano de Córdoba.
Este martes, a los 7 minutos del segundo tiempo, un centro por la banda derecha de parte de Thiago Serrano para el comodorense que aguantó, giró y definió contra el palo del arquero Orlando Gill.
No claudicar, el abrazo con su padre en la tribuna y luego en declaraciones a la prensa el saludo a la gente de Comodoro, su lugar en el mundo.
De cara a lo que llega para Ian Subiabre le quedará la súper final ante Vélez, cerrar el año y descansar de cara a lo que será un 2025 plagado de desafíos.
Aunque más allá de si será parte de la pretemporada bajo el comando de Marcelo Gallardo en San Martín de los Andes, ser parte del plantel profesional, jugar el Mundial Sub20, hay un comodorense que, en silencio, pero con la fuerza del mar y el viento sureño que lo lleva a ser una joya, un diamante en bruto, a fuerza de sacrificio y hambre de gloria.