Surgió de las calles de Comodoro, tenía un trabajo estable y dejó todo para ser jugador profesional: la vida de Jacobo Dzaja
El futbolista que se formó en Nueva Generación, jugó en la CAI y ganó un Torneo Federal C con USMA, brilló en Jorge Newbery, el club de sus amores donde vivió grandes momentos. Sin embargo, la "oferta" de un amigo le hizo replantear su mente y se marchó de la ciudad con el sueño poder vivir ligado a la pelota.
Jacobo Isaac Dzaja es un futbolista que se caracteriza por su estilo veloz y dinámico, marcando un ritmo único con su picardía y destreza en cada intervención. Nunca temió arriesgar, demostró condiciones para tratar de sobresalir y reflejar por qué era “diferente”.
En Comodoro Rivadavia, el potencial del volante no conocía límites. Jorge Newbery es el club de sus amores, el lugar donde su familia había forjado lazos de amor y pasión por una institución. Allí, no solo encontró amistades, sino también significó un puente para obtener la oportunidad de un trabajo que le brindó estabilidad económica, permitiéndole dedicarse plenamente a su pasión por el fútbol sin preocupaciones.
Como en la cancha, el zurdo se vio enfrentado a una decisión trascendental en su vida personal cuando recibió la llamada de un amigo: una tentadora oferta para jugar en el fútbol boliviano. A sus 26 años, con una familia consolidada, un trabajo estable y siendo titular indiscutido en el Lobo, sabía que esta era su última oportunidad para hacer realidad su sueño de convertirse en futbolista profesional. Una encrucijada que lo obligaba a dejar todo en busca de la gloria.
DE LAS FLORES A SER “CAPTADO” EN UNA COLONIA DE VACACIONES
Jacobo Dzaja nació en el barrio Las Flores, donde dio sus primeros pasos y disfrutó de una infancia rodeado de su familia y amigos. Como todo niño Millennial, pasaba sus días jugando al fútbol en las calles de tierra, entre piedras y subidas, creando recuerdos que perduran en su corazón.
“Empecé a jugar baby con un kiosco del barrio llamado MyL, hicimos varios torneos. Siempre nos llevaba y nos traía Oscar Fuentes, una gran persona junto a su familia”, comentó en diálogo con Pasta de Campeón sobre sus comienzos.
En los tiempos actuales, al igual que en el pasado, muchos niños y niñas de Comodoro Rivadavia disfrutan de las colonias de vacaciones municipales por diversas razones.
Para algunos, estas actividades representan diversión y la oportunidad de construir amistades desde temprana edad. En cambio, para otros, las colonias son un espacio de contención y alivio para padres que trabajan durante el verano y no pueden estar con sus hijos. Sin importar el motivo, Dzaja fue anotado por su papá y todo cambió.
“Un día estaba jugando en el Gimnasio Municipal N°2, por diversión como todo nene, sin noción de nada. Y ahí me vio un señor que es como un segundo padre para mí, Armando Tula. Ahí empezó todo”, resaltó con orgullo.
Tula, en aquellos tiempos, se embarcó en la aventura de crear y potenciar Nueva Generación, reconociendo en los barrios el potencial de talento que necesitaba. Fue así como descubrió a Jacobo, quien con el acompañamiento de su familia se unió al albinegro.
NUEVA GENERACIÓN, MÁS QUE UN CLUB UNA FAMILIA
“Cuando empecé a hacer inferiores en cancha de 11, sabía que abría otras puertas. Estando en La Nueva tuve chance de ir a probarme a Independiente y Argentinos Juniors, el fútbol de salón en ese momento no te daban esa oportunidad”, resaltó en relación a su decisión de alejarse lentamente del futsal.
El volante comenzó en la Novena División y fue el “inicio de todo, lo que soy hoy en día. Aprendí como ser humano y futbolista, recuerdo que jugábamos en cancha de tierra, nos cambiábamos en un tráiler y ahora el club ya tiene sus vestuarios. Vi que cerraron todo, van a tener césped sintético, hay un crecimiento y me pone contento”.
Sobre Armando Tula, Dzaja reveló que aún mantiene contacto y si bien “hablamos de vez en cuando, mi familia le tiene un gran aprecio y yo igual a su familia, son muy buenas personas”.
En su paso por la institución, cosechó amistades como Cristian Hasenauer, Gonzalo Manquemilla y Luciano Sanhueza, este último sería determinante en su futuro.
Tras formarse en el club del barrio Abel Amaya, donde hizo Octava y un año en Séptima División, el jugador dio el salto que anhelaba: Jorge Newbery.
EL HINCHA QUE CUMPLIÓ EL SUEÑO DE JUGAR EN NEWBERY
En 2012, Jacobo Dzaja logró cumplir su anhelado sueño de unirse a Jorge Newbery, donde siempre había deseado defender sus colores. “Llegué en séptima y debuté Primera División, era un sueño ponerme la camiseta del club que soy hincha, mi familia igual, fanáticos todos. De chicos íbamos a la cancha con mis hermanos. Pude jugar y gracias a Dios se pudo dar”, señaló.
Rápidamente, el zurdo mostró condiciones y llamó la atención de Jorge Izquierdo, entrenador del Lobo en aquellos tiempos, quien se encontraba acompañado por el profesor Gustavo Liggerini. “En ese tiempo habían jugadores como Rodrigo Cárcamo, Bruno Elorrieta, con quienes compartí varios años. Izquierdo y Liggerini fueron los que me hicieron debutar en Primera”, recordó.
Dzaja llegó en el momento donde la institución del barrio 9 de Julio debió resignar su plaza en el viejo Torneo Argentino B para comenzar a reacondicionar su campo de juego. “Desde ese momento hasta ahora, el club cambió un montón pero Jorge Newbery siempre exigía ganar como todo club grande. Creció mucho y eso me pone feliz, más cuando uno es parte de esa historia te llena de orgullo”, remarcó.
Entre las imágenes que tiene en su memoria, aún persiste su primer gol, los títulos y los clásicos ante Huracán. “Siempre son especiales, tuve la fortuna de ganar y perder, son cosas únicas e inexplicables, seguramente son los recuerdos más lindos que tengo”, añadió.
En el transcurso de los años, la derrota frente a Liniers de Bahía Blanca en la final del Torneo Regional Amateur en Carmen de Patagones significó en un momento de profundo dolor para Dzaja. Aquel día, ingresó en el segundo tiempo del partido y vivió en carne propia la amargura de la derrota.
“Fue triste por el grupo que habíamos formado, un gran torneo que habíamos hecho y estuvo muy cerca de quedar marcados en la historia del club. Siempre voy a estar agradecido con Newbery”.
En su paso por Jorge Newbery, Jacobo Dzaja tuvo la oportunidad de gritar campeón en el Torneo Inicial 2013, Torneo Inicial 2018, Torneo Final 2019, TRFA Región Patagonia 2021/22, Torneo Zonal 2022 y Apertura 2022.
SU PASOS POR CAI Y EL ASCENSO CON USMA
Entre 2014-2017, Jacobo Dzaja tuvo la posibilidad de vestir la camiseta de la Comisión de Actividades Infantiles y U.S.M.A.
En su paso por el "Azurro", el futbolista llegó de la mano de Armando Tula, quien entonces dirigía al equipo en el Torneo Argentino A. A pesar de disputar algunos encuentros, no lograron evitar el descenso.
“La verdad es una gran institución, una vidriera donde salieron muy buenos jugadores. Tuve la oportunidad de crecer y aprender mucho en lo futbolístico”, remarcó. En la CAI intercaló en el torneo local y el Federal B, antes de partir al conjunto “Patricio”.
Si bien fue un periodo de tres meses, Jacobo Dzaja jugó el Torneo Federal C - Región Patagonia Sur 2017.
EL LLAMADO DE UN AMIGO Y “LA OFERTA” QUE CAMBIÓ SU VIDA
Jacobo Dzaja, con 26 años, se desempeñaba como titular indiscutido en el equipo de Jorge Newbery y mantenía un trabajo estable como empleado municipal. Su rutina incluía trabajar, entrenar, jugar y luego regresar al trabajo para brindar lo mejor a su familia.
Sin embargo, un día por la tarde “salí de entrenar de Newbery y me llamó Luciano Sanhueza, él había llegado como refuerzo a Deportivo Olimpia Petrolero de Bolivia, habló con el presidente y me recomendó. Yo le di el ok sin pensarlo”.
Enfrentarse a una oferta tentadora con una hija pequeña, abandonar el club de sus amores y, sobre todo, el trabajo por el que había luchado durante varios años para consolidarse en él, era un riesgo que debía afrontar, el “último tren” que podía tomar para cumplir el sueño de poder vivir del fútbol.
“Lo hablé con mi mujer Daiana, mi familia y siempre me transmitieron esa confianza que era el momento, yo sentía lo mismo, era dejar un trabajo en la Municipalidad que ya había entrado a planta, siendo un agradecido a Daniel Antileff por darme un lugar”, indicó.
La decisión fue rápida y segura. A dos días del viaje, Dzaja habló con Pablo Barrientos, presidente de Jorge Newbery y le comentó sobre la posibilidad de jugar en otro país. “No hubo ningún inconveniente, se pusieron muy felices y agilizaron todo lo más rápido posible. Estoy agradecido por el gesto”, manifestó.
Ya en el colectivo rumbo a Bolivia, el futbolista sintió que la felicidad lo invadió por completo. “Sabía que estaba por cumplir un sueño, siempre había anhelado vivir del fútbol y en ese momento se te cruza la familia, el esfuerzo que hicieron para comprarte unos botines, llevarte a los entrenamientos, mi hija, todo junto”, aseguró.
Al llegar a la , el protagonista se reencontró con Sanhueza y comenzó a enfrentar los desafíos de adaptarse al nuevo clima, las diferentes culturas y tradiciones del lugar.
Del viento y el frío patagónico a un país tropical, pero con el acompañamiento de su pareja e hija, pasó las adversidades y encontró la motivación necesaria para encaminar su trabajo. “Pude trabajar más tranquilo, mi hija hizo el primer año de primaria acá en Bolivia y ahora va por el segundo, me pone contento porque nos pudimos adaptar los tres y disfrutar cada momento", explayó Jacobo.
ARRIESGAR PARA CUMPLIR UN SUEÑO
Jacobo Dzaja tuvo la posibilidad de regresar a Comodoro Rivadavia, reencontrarse con su círculo íntimo, volver a la Madriguera como hincha y recibir un nuevo llamado para regresar a Bolivia.
Tras estar un mes en New Talents de la ciudad de Yacuiba, recibió una oferta para jugar en el Club Atlético Ciclón de Tarija, equipo que jugará la Copa Simón Bolivar, una competencia similar a la Primera Nacional del fútbol argentino. “Mi objetivo es llegar a la Primera División”, aseguró.
Durante su segundo año en el extranjero, Dzaja mantiene vivo el recuerdo de sus raíces. Aunque lejos de casa, respeta las tradiciones argentinas como hacer torta fritas en días fríos y ñoquis los 29 de cada mes. Además, dejó un mensaje inspirador a aquellos que tienen sueños pero les falta el coraje para perseguirlos.
“A veces hay que arriesgar y dejar muchas cosas de lado, hay que animarse para cumplir los sueños. Al final todo tiene su recompensa, uno extraña a sus padres, hermanos, a toda la familia, eso es parte del sacrificio”, cerró.