Talleres Juniors, un club que resiste y cumple 94 años de vida
La institución de kilómetro 3 celebra un nuevo aniversario y espera que cuando pase la pandemia se pueda poner de pie. En una charla con PDC, su presidente Julio Naduan comentó sobre la actualidad y los proyectos prometidos a una institución histórica que supo destacarse en la década del 40.
Por Carlos Alvarez - PDC
A mediados del mes de julio 1926 comienza a escribirse la historia de un club de barrio bajo la presidencia de Luis Contarelli (hijo) que se denominó Talleres Juniors y no solo tenían fútbol. Sus comienzos sumaron incontables trofeos de básquet y atletismo. En el comienzo el dirigente estuvo acompañado por Juan Campoy, Vicente Bataglia, Pedro Biskup, Juan Rocha, Francisco Ariero, Florentino Cormodio y Ambrosio Cerezo. El empuje, el trabajo y el amor de ellos por los colores "azul y oro" hizo las bases para una institución que hoy cumple 94 años de vida en la capital petrolera.
Fútbol década del 40 (Apoyá tu dedo en la estrella y descubrí al jugador de Talleres)
Con tan solo tres años de vida disfrutaron su primer logro deportivo al imponerse en un certamen denominado "Copa Montaje". En sus inicios, el atletismo formaba parte del club donde fueron protagonistas en los años 1934, 1935 y 1936. Fueron varios los logros obtenidos en sus primeros años como el torneo "Ingeniero Rapallini" y Copa "Federación Atlética", como así también una gira por Trelew donde se quedó con un Cuadrangular.
Básquet década del 40 (Apoyá tu dedo en la estrella y descubrí al jugador de Talleres)
Su actual presidente Julio Naduan habló con Pasta de Campeón sobre el nuevo aniversario, que se vive en medio de una pandemia, y acotó: "en el club tenemos algunos trofeos de esa época. La historia del club es muy importante para mí. Este es un aniversario atípico. Estamos unidos pero muy diferente. No estamos yendo al club, y todas esas cosas se sienten. Ojalá esto pase pronto y podamos retomar las actividades en el club donde los más chicos lo están necesitando porque acá encuentran su lugar para desarrollarse".
La pandemia sorprendió al deporte y a los clubes chicos les afecta mucho más. Ya son casi cuatro meses que están cerrados, y empiezan a sentir el cimbronazo. "Al principio no nos afecto, pero el panorama comienza a ser diferente. Miramos con preocupación el futuro. Ya funcionando era complicada la situación, pero ahora sin tipo de ingresos donde hay que pagar los impuestos se hace muy difícil. Hay que pensar en qué situación se volverá y si vamos a poder cumplir todos los requisitos. Cuando se vuelva, no será a pleno. Hoy miramos con mucha preocupación, no sabemos si vamos a poder reabrir el club en tiempo y forma en una temporada donde no hubo actividad. Hay muchas cosas para arreglar antes de reabrir y no sé si vamos a tener los medios.
Atletismo década del 40 (Apoyá tu dedo en la estrella y descubrí al deportista de Talleres)
El club Talleres comenzó su historia donde actualmente están las gamelas en kilómetro 3. Recién en el año 1958, bajo la presidencia de Wenceslao Chalupa comenzó a construirse el campo de juego donde están actualmente, terreno cedido por YPF en las inmediaciones del barrio Paso Nuevo, y Naduan confiesa un deseo que espera cumplir. "Nuestra intención es poder girar la cancha. Modificarla, y que se salga de los vestuarios a la mitad de la cancha y no por atrás de un arco, pero hay muchas cosas por hacer antes. En la actualidad tenemos que terminar los parapelotas, todo lo que es el alambre en la parte de atrás. Hay diez rollos guardados. Y también esperando que el Municipio cumpla con su palabra de un playón de Fútbol 7 que tenemos firmado el convenio desde el año pasado. Ojalá cuando esto pase, avancemos con ese proyecto porque sumaría muchísimo al club", subrayó el dirigente.
Talleres vivió épocas malas donde el club se mantuvo en pie por el amor de muy pocas personas. El que conoce la institución no se olvida de don "Nacho" Cerda, quien mantuvo lo poco que había hacia fines de la década de los 90 y comienzos del 2000. Él lo era todo. Presidente, utilero, y aquello que hiciera falta. Si hasta se ponía el mameluco para arreglar pequeñas cosas en los vestuarios sin chistar, porque amó a su querido Talleres hasta el último día de su vida.