Hace más de cuatro días que Victorio Joursin desapareció de su casa y nadie sabe sobre él. El vecino de zona norte, que actualmente padece Alzheimer, llegó a ser el jugador de fútbol más longevo en el torneo de veteranos de la ciudad.

Victorio Joursin desapareció el jueves 16 de enero a las 14:30 cuando salió de su casa para dirigirse a una zona de Quintas en kilómetro 8.

Hace algunos años, su actividad en la Liga de Veteranos lo llevó a ser parte del segmento de la sección de El Patagónico, “Historias de Domingo”, en 2015.

El hombre de 75 años tiene toda una vida relacionada con el club Petroquímica, donde acompañó a sus dos hijos y sobrinos desde pequeños, quienes actualmente juegan en veteranos, mientras que sus nietos visten los colores del club de Kilómetro 8. Es el futbolista en actividad con más edad, lo que le valió una distinción.

Fue sobre principios de 2014 cuando Delio Carrizo le propuso a sus compañeros de Petroquímica que había que armar la categoría Super Master, para que el “verdolaga” tuviera presencia en las tres categorías de la Asociación Futbolistas Veteranos de Comodoro Rivadavia: Senior, Master y Super Master. En ese entonces, Victorio Joursin (suboficial retirado de la Policía del Chubut) era uno más que acompañaba a sus hijos Gustavo (41) y Julio (43) a entrenar en la vieja cancha que fue alguna vez de la empresa textil Guilford, ubicada detrás de la parroquia del barrio Standart Centro.

Fue así que le llegó la invitación a sumarse al plantel de Super Master de “Petro”, que no sólo le valió un cuarto puesto en el último torneo, sino el reconocimiento público con una copa por ser el jugador con más años en actividad.

Con la “7” en la espalda, y oscilando entre la defensa y como media punta, Victorio por entonces relató que significaba tener intactas las ganas de seguir tras la pelota. “Lo hago por el simple hecho de hacer deportes, nada más. Siempre jugué al ‘papi’ fútbol cuando estaba en la policía o participaba de maratones”, apuntó Victorio a El Patagónico.

De esta manera, quien es hijo de franceses y que nació en una locación pequeña de Paso de Indios, se sumó al fútbol no sólo como compañía de sus hijos, sino dentro de la cancha como jugador. “Siempre fui de ir a la cancha a ver a Petroquímica, incluso cuando era Comferpet. Luego mis chicos, con 9 años, me pidieron empezar a jugar ahí y los cuatro (dos hijos y dos nietos) llegaron a jugar en la Primera división”, recalca.

Estos días alejado de su casa, con destino incierto se suman a las dificultades que la vida le ha puesto al exsuboficial. “El 24 de junio de 1982 y me encontraron tirado en la calle, con la pierna rota y múltiples heridas”, contó el propio Joursin. “Así y todo no bajé los brazos, y antes de los seis meses estaba de vuelta en servicio”. De aquel accidente le quedó la cicatriz en su rodilla izquierda.