El Xeneize se despidió de la Copa Libertadores en los penales ante Atlético Mineiro, en un polémico partido en el que le anularon un gol lícito a Boca.

Parece una broma de mal gusto. En La Bombonera, a Boca le anularon un gol lícito a través del VAR por un supuesto empujón de Norberto Briasco. Y en la revancha, en el Mineirao, otra vez lo dejaron con el grito atragantado por una supuesta posición adelantada.

Iban 24 minutos del segundo tiempo cuando Sebastián Villa envió un centro al área del Mineiro desde un tiro libre. El Pulpo González, aparentemente en posición lícita, corre hacia la pelota. El arquero Éverson no logra contener el balón y en el rebote Marcelo Weigandt definió para el gol.

Todo Boca festejó -otra vez- el gol. Pero los jugadores del Mineiro, como en la Bombonera, no sacaron del medio. El árbitro uruguayo Esteban Ostojich -dirigió la final de la Copa América- se tocó el oído y esperó la confirmación del gol de parte del VAR.

Y cuando el árbitro fue al monitor a revisar la jugada (insólito que lo convoquen a revisar una posición adelantada) hubo problemas entre los bancos de suplentes. Empujones, insultos y acusaciones. Al final fue expulsado un colaborador de Cuca, el DT del Mineiro, y Fernando Gayoso, el entrenador de arqueros de Boca.

Ostojich miró la jugada en el monitor y tras pocos segundos decidió anular el gol. Otra vez, no se entendió la decisión de los jueces y del VAR. Miguel Russo estaba indignado: "Dos veces lo mismo, no se puede creer", se lo escuchó decir. Tras el partido de ida, Conmebol decidió suspender al árbitro colombiano Andrés Rojas y al encargado del VAR, el paraguayo Derlis López.

Luego, el Xeneize perdió por 3-1 en la tanda desde los doce pasos, tras igualar por 0-0 en Belo Horizonte.