En el Estadio Tomás Adolfo Ducó, se llevó a cabo un encuentro correspondiente a la fecha 24 de la Liga Profesional en el que Boca y Huracán finalizaron con un empate sin goles, un resultado que resulta insatisfactorio para ambos equipos, ya que el local no pudo acercarse a los primeros puestos del campeonato, mientras que la visita se vio impedida de ingresar en la disputa por los puestos de clasificación a la Copa Libertadores en la tabla anual.

Al concluir el partido, se desató un escándalo en los vestuarios debido a la controversia generada por las decisiones arbitrales de Hernán Mastrángelo, particularmente por la queja de los dirigentes del equipo de Parque Patricios respecto a una jugada específica que tuvo lugar en los instantes finales del encuentro.

En un momento crucial del partido, se produjo una jugada polémica en la que el árbitro, Mastrángelo, había sancionado un penal a favor de Walter Mazzantti cuando Franco Alfonso estaba a punto de marcar un gol dentro del área chica, pero tras una revisión del VAR, el árbitro rectificó su decisión y consideró que la falta había sido cometida por el delantero de Huracán sobre Sergio Romero.

En el contexto de este escándalo, se observa la inusitada intervención de los principales dirigentes del Globo, incluido su presidente Abel Poza y el vicepresidente David Garzón, quienes, al intentar acceder al vestuario de árbitros donde se encontraba Mastrángelo, fueron separados por la seguridad del evento.

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En el transcurso del altercado, también se manifestaron jugadores del equipo local, entre ellos Héctor Fértoli, Lucas Souto y Alan Soñora, quienes, aunque no participaban con la misma intensidad que sus dirigentes, expresaron su descontento hacia el árbitro al considerar que su desempeño había afectado negativamente al equipo.