(Por Fredi Carrera) - “Es algo único, todo jugador sueña con hacer el famoso hattrick y más en una llave tan importante con un equipo tan complicado; es algo que no se puede explicar”, dice Franco “el Flaco” Domínguez. 

El delantero de Jorge Newbery se vistió de héroe en la llave de los cuartos de final del Torneo Regional frente a J.J  Moreno. No solo abrió el marcador, sino que convirtió tres tantos y aseguró la victoria en un partido apretado que definió al único candidato en carrera de Chubut.

Ampliar contenido

Por estas horas el teléfono del Flaco no para de sonar. Todos quieren tener la voz del héroe de la jornada; el hombre que hace tres años volvió a Comodoro para buscar trabajo y se convirtió en el goleador del equipo de Pitu Barrientos.

Al otro lado de la pantalla, a Franco se lo ve feliz, contento por el presente que vive, pero también por cómo se dio todo ante un rival difícil. “Estoy contento. Sabíamos que iba a ser un partido cerradísimo por el planteo que hicimos nosotros allá. Pensamos que ellos iban a venir a hacer un planteo similar, pero nos encontramos con un J.J que te obliga a jugar. Ellos juegan muy bien, tienen jugadores con mucha experiencia, así que sabíamos que iba a ser un partido durísimo, que no podíamos tener errores. Cometimos uno y nos hicieron un gol, pero lo importante es que el equipo supo levantarse y supimos aprovechar las pelotas que nos quedaron en el área”, dijo en una entrevista con el ciclo de entrevistas de PDC y ADNSUR.

En un partido trabado en la primera etapa, Newbery entró al segundo tiempo sabiendo que tenía apostar al juego por las bandas. Así, Lucero y Dzaja fueron constantes opciones de ataque, apostando al dinamismo de Oscar Marchant y el oportunismo de Domínguez.

Es que el flaco estaba en su día. A los 15 minutos del primer tiempo aprovechó un rebote y abrió el marcador. Y en la segunda etapa, luego del empate del Naranja, conectó de cabeza un centro de Dzaja para mandarla a la red. Luego llegaría el tercero, un remate cruzado, potente, aprovechando una pelota que quedó boyando en el área.

Franco admite que sentía que era su día por cómo se dio el primer gol y no se equivocó. “Sabía que se me iban a dar más oportunidades, y en el tercer gol quedó una jugada como nunca. Solo pensé en patear y salió un lindo remate”, dice sin poder ocultar su felicidad. 

La emoción del Flaco tras el tercer gol del domingo. Foto: Fredi Carrera.

Y vaya que tiene razones, ya que tres años atrás su presente era muy distinto. Por ese entonces, “el Flaco” y su familia todavía estaban en Mendoza, la tierra que siente como propia y donde nació. Jugaba al fútbol en equipos de Torneo Regional, alternando entre Federal B y Federal C. Sin embargo, los vaivenes del fútbol amateur complicaban la economía del hogar. Así, cansado de remar contra la corriente, decidió buscar alternativas fuera del fútbol. Pero el panorama laboral no era el mejor. La crisis que vivía el país no distinguía regiones y pensando lo mejor para su familia, el Flaco decidió dejar su lugar en el mundo y buscar nuevos horizontes.

El sur de la Patagonia era una de las opciones. La última admite a la distancia. Sin embargo, luego de mucho pensar en familia, decidió volver a la ciudad en la cual se había criado. Así, agarró sus valijas, sus cosas, y se vino con su mujer y sus hijos a Comodoro Rivadavia, la ciudad donde vivió desde los 7 meses hasta los 16 años, y donde comenzó su historia en el fútbol. Es que el Flaco hizo inferiores en Tiro Federal, Ferro, Caleta Córdova, y debutó en Primera con Universitario. Luego llegaría la oportunidad de irse a tierras mendocinas.

LO DURO DEL FÚTBOL AMATEUR

Desde los 16 años, Domínguez estuvo en tierra de viñedos, hasta que en 2019 decidió pegar la vuelta , justo en “buen momento” futbolístico, pero un mal presente económico. 

Así, sabiendo cuáles eran sus prioridades, decidió venirse a Comodoro, ordenar su casa y su familia, y encontrar trabajo.

Cuenta “el Flaco” que los inicios no fueron fáciles. Hizo changas, limpió patios y agarró cuánto trabajo le ofrecían. Una vez que sintió que estaba todo en orden decidió volver a ponerse los cortos. 

“Veníamos medio golpeados, pero ordenamos todo, y tenía muchos amigos que me insistían en jugar en Caleta. La idea era ir a jugar, hacer un buen papel, mostrarme para para que me buscará algún otro club, y logramos el ascenso. La verdad Caleta me abrió las puertas y me dio muchísimo cariño. La gente me acompañó. Quise quedarme a defender lo que habíamos ganado, el ascenso, pero después por cosas del fútbol vino el llamado de Newbery, y fue lo que me tentó a volver a meterme de lleno en el fútbol, ya un poco más organizado con el trabajo”. 

Así, desde 2021 “el Flaco” defiende los colores del aeronauta. Mientras tanto, sigue creciendo en el plano laboral, con un emprendimiento propio que empezó junto a su padre.

Así, pasa sus tardes entre el taller de hidráulica Alvear, los entrenamientos en la Madriguera y su casa, junto a su mujer y sus pequeños: una hija de 7 y un hijo de 4.

Para Franco el secreto de este buen presente tiene explicación. “Son las señales que te manda Dios de que estás tomando decisiones correctas, que estás por el camino correcto. Si bien nosotros venimos de Mendoza mal, venía sin ganas de jugar al fútbol, solamente buscar un laburo y tener un buen presente para mi familia, pero creo que Dios te da posibilidades, y cuando elegís bien estos son los resultados. Hoy con mi familia estamos muy bien, tengo mi laburo, en el fútbol me va bien. Costó venirnos pero hoy puedo decir que fue la decisión correcta. Así que disfruto de este presente con mi familia y mis hijos, porque son señales que uno recibe para seguir adelante y seguir por el buen camino que te manda diosito”. 

Por último, el Flaco tiene un solo deseo para este inicio de 2022. “Con mucho esfuerzo, mucho sacrificio vamos a tratar de darle ese regalo al club, a uno mismo y a la familia.  Queremos jugar el próximo paso. Soñamos con una final y un ascenso, y que siga creciendo este sueño que es algo muy lindo”, sentenció, el delantero que volvió a Comodoro para buscar trabajo y hoy ilusiona a toda una ciudad.

Ampliar contenido