Yoanki Mencia persigue un sueño muy lejos de casa
El joven basquetbolista salió de Cuba hace casi tres años y juega en Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Guiado por los técnicos Martín Villagrán y Eduardo Opezzo trabajó duro para conseguir un lugar en el equipo profesional de Liga Nacional y lo logró, pero sabe que tiene cosas que aprender y fortalecer.
La convocatoria que tanto esperó llegó, lo que no imaginó que sería tan lejos de casa. De un pueblo llamado Sancti Spíritus de Cuba, aterrizó en la Patagonia Argentina en enero de 2017 para formar parte del club Gimnasia y Esgrima.
Llegó al sur en verano, sin embargo, recuerda que sintió mucho frío y aún le resulta difícil acostumbrarse al clima y sus cambios. El primero que lo recibió fue Alejandro Paincho, jefe de equipo del Verde, “me estaba esperando en al aeropuerto”, cuenta Mencia entre risas recordando algunas anécdotas que vivió durante este tiempo con él, es que ningún jugador sale del Verde sin que eso pase.
En joven de 22 años, es amante del deporte desde chico, jugó béisbol y desde los cuatro años empezó con el básquet. Entrenó en el club de su ciudad y desde allí fue convocado a la Selección, esto le dio la posibilidad de salir de la Isla y disputar competencias en Venezuela, Canadá y China. En Argentina, vistiendo la Verde, logró ser protagonista en el equipo de Liga de Desarrollo y, luego, consiguió minutos de rodaje en el elenco de Liga Nacional.
Esta temporada, se siente más afianzado y lo demostró en un más de una oportunidad. En uno de los partidos de local, ante Comunicaciones, fue el jugador más valioso con 18 puntos y 25 de valoración, ganaron. Ese día el público lo aplaudió y, en ocasiones así, asegura que desea que en el Socios Fundadores esté su familia, principalmente, sus abuelos que estuvieron muy presentes durante su niñez y adolescencia y continúan apoyándolo en su carrera, y su esposa, que también reside en Cuba.
Con una vida marcada por el deporte y la perseverancia Mensia cuenta más sobre su experiencia como deportista en tierra lejana.
- ¿Cómo fue la convocatoria y llegada a Gimnasia?
La propuesta de venir a Gimnasia llegó estando en el Centro básquet de 2016. Ahí me vio el representante y unos meses después, hablamos y me dijo la propuesta de venir a jugar la Liga de Desarrollo. Encontré muchas diferencias con el baloncesto que se juega acá y el de Cuba. Se entrena mucho, con mas intensidad y otros recursos. Al llegar a Comodoro, mi primer entrenador fue Gustavo Sapochnik. Me fui acomodando poco a poco en los entrenamientos con la ayuda de Enzo Amado y Estéfano Simondi, que fueron los primeros compañeros con los que me junté acá.
- ¿Qué implicó el salto a integrar el equipo de Liga Nacional?
Llegar a la Liga Nacional fue un salto muy grande. Otra experiencia donde tuve que poner mucho empeño de mi parte, porque la calidad era mucho más alta de lo que tenía. Eso me ayudó mucho personalmente. Los compañeros y los entrenadores me dan mucha confianza. Me preparo día a día para tener mayor participación en cancha. La mayor parte del equipo está desde que llegué acá. Llevamos varias temporadas juntos. Y con los compañeros nuevos que llegan tratamos de incorporarlos rápido a nuestra química, al equipo y recibirlos de la mejor manera. En este arranque de la temporada nos sentimos súper bien. Con mucha energía, que se ve dentro de la cancha, afuera en los entrenamientos. Siempre queriendo un poco más, dando un paso más siempre y eso es lo que nos tiene expectantes en la competencia.
- ¿Cómo es el trabajo diario con los entrenadores?
Martín Villagrán y Eduardo Opezzo, insisten en trabajar el tiro, que es mi deficiencia, los dos me ayudan mucho, dándome confianza y en exigirme en todo momento. Entrenando horas extras para tener más confianza en mí, en mi tiro y mejorar la efectividad. Así mejoré en muchas cosas. Al final se ve reflejado todo lo entrenado hasta la fecha y seguimos haciendo hincapié en eso.
- ¿Le trasladas a tus compañeros de Liga de Desarrollo el aprendizaje que adquiriste en Liga Nacional?
Lo que aprendo con los más grandes, trato de llevárselo a mis compañeros de la Liga de Desarrollo. Todo ese protagonismo que estoy teniendo en la Liga, todo lo aprendido, trato de compartirlo con ellos para que sigan mejorando.
- Cuándo se encuentran los jugadores de Cuba en la Liga de diversos equipos suelen compartir algo postjuego o charlar un rato ¿Cómo vivís con esos encuentros?
Es lindo reencontrarse con otros jugadores de mi país. Nos pasa a los cubanos y a cualquiera que está fuera de su tierra. Aquí hay otras costumbres. Y en ese reencuentro podes charlar, hacer chistes, recordar cosas y eso es muy lindo.
- Ahora también estas conviviendo con compañeros de Cuba
Cuando llegue estuve viviendo con Manuel Buendía, luego con Estéfano Simondi. Ahora estamos viviendo con mis compañeros cubanos Pedro Bombino y Aldo Castel. Eso me hace sentir un poco más cerca de mi país, por la forma de hablar, la música que escuchamos. Cuando vivía con los dos cordobeses me tenían todo el día con cuarteto (risas).
Hoy en día, y luego de varios años del paso de "Ruper" por aquel Gimnasia que se consagró campeón de la Liga Nacional 2005/2006, la sangre cubana regresa a Comodoro para seguir marcando historia en el Sur del continente americano.