Jorge "Popi" Lasso perdió a varios amigos y estuvo al borde de la muerte. En el barrio, en el fútbol y en sus goles encontró la manera de recordarlos. Adentro de la cancha se equivocó, pero maduró y aprendió. En una entrevista con Pasta de Campeón, el delantero, con la experiencia en el lomo, cuenta su historia y explica su búsqueda en otros rumbos.

Por Facundo Paredes (Fotos: Carlos Álvarez)

Escuchar tiros en el barrio es crudo. El zumbido dura pocos segundos en los oídos, pero sí provoca una eternidad en la mente. Jorge “Popi” Lasso, ídolo de Petroquímica y uno de los goleadores del fútbol de Comodoro Rivadavia, tiene en su cabeza -y duda que desaparezca- el sonido de los dos disparos que asesinaron a su amigo Luis Caamaño.

Caamaño fue asesinado el 21 de mayo de 2011 en Kilómetro 8, barrio de la zona norte de la ciudad del viento. Sobre las 19 horas de aquel día, Luis se bajó del auto de su padre y fue abordado por dos hombres cuando estaba por ingresar a la casa de su suegra. Recibió dos balazos. Uno lo atravesó a la altura del pecho y el otro le impactó en el omóplato. Su padre, Omar, no había alcanzado a bajarse del vehículo.

Ariel Álvarez fue declarado, en 2013, autor del homicidio del joven de 24 años. Según la expareja de la víctima, Álvarez tuvo problemas con Caamaño. Como Álvarez es de Kilómetro 5 y reconocido hincha de Ferro, rival de Petroquímica, “Popi” encontró la manera de desahogarse de la pérdida de su amigo en un clásico.

  • ¿Cómo era la relación con Luis?
  • Él era mi vecino, vivía atrás de mi casa. Desde chico me junté con él. Siempre lo recuerdo, por ahí en el día de su cumpleaños o en la fecha que sucedió esto (toma un vaso de gaseosa)… siempre está presente.

La rivalidad entre Petroquímica y Ferro trascendió, lamentablemente, la pelota y explotó en un violento enfrentamiento en 2005, cuando ambas hinchadas se cruzaron en Kilómetro 5. Los dos equipos jugaban en canchas diferentes. Ferro recibía a Universitario y Petroquímica visitaba a USMA, el otro club de KM5. Pero finalmente se toparon en frente del jardín maternal Presidente Ortiz, que fue incendiado por hinchas de Petroquímica tras arrojar una bomba de mano dentro del espacio que también funcionaba como consultorio periférico y comedor comunitario.

Luego de que “Popi” haya provocado a la hinchada de Ferro con su gol y pedido de justicia por su amigo, la hermana de Caamaño hizo una reflexión en un post de Facebook: “Sé lo que pasó en el partido de Petro vs Ferro. El primer comentario lo quiero dedicar solo a una reflexión, no puedo negar que me halaga un poco que Popi, un vecino que conozco de la infancia, haya tenido ese gesto, recordando a Luis (mi hermano), reacción que supongo fue al ver esa bandera que parece una burla pidiendo la libertad de Ariel Álvarez. Ahora quiero decirle a Popi y a los demás chicos que integran el equipo, más la hinchada, que no pueden dejar su vida por un equipo de fútbol, ni por una bandera. Sus vidas valen mucho más que eso, la mayoría tuvo la oportunidad de tener una familia y a pesar de que nos hayamos descarrilado en algún momento somos todos chicos buenos, nos conocemos”.

Preferir la rebelión a vivir padeciendo

Uno de los tantos potreros de Kilómetro 8 (Foto: Carlos Álvarez)

  • ¿A qué edad comenzaste en el fútbol?
  • Como nací en el 8 y siempre viví en el barrio, a los 9 años comencé a jugar en Petro con “Samu” Rodríguez de entrenador, como todos los de acá. Mi hermano Fabricio, que es dos años mayor que yo, pasó a novena y yo tenía que esperar para que me dé la edad, porque recién a los 10 podía hacer la ficha técnica para jugar. Arranqué con “Pelado” Rivas, Antonio Álvarez, Lucas Campillay. Como me daba la edad, jugué tres años en novena, después pasé a octava y llegué hasta la séptima… y después dejé de jugar un montón de años.

  • ¿Por qué?
  • Ya había cumplido 15 y digamos que tomé otros rumbos (ríe). Como todo pibe, a esa edad te pinta la joda. Estuve sin jugar como 6 años. A los 21 debuté en primera, ya era bastante grande.

  • ¿Cómo fue tu regreso a las canchas?
  • Mis amigos del barrio siempre me decían que vuelva, hasta que un día me lo crucé al “Culin” Bahamonde. Él me dijo que vuelva para jugar, por lo menos, en reserva. En ese tiempo estaba “Cacho” Álvarez de director técnico de la primera. Había muchos chicos que son del club que no estaban jugando, los pibes de afuera sí jugaban, como Elías Cárdenas, Darío Salazar y Nicolás Giorgio. Fui a entrenar, hice todos los papeles para ficharme y a la semana ya debuté en la reserva contra Ameghino en cancha de Petro. Jugué de volante e hice 5 goles, me acuerdo patente. Ahí me vio el entrenador de primera y me citó. No me costó nada porque antes de volver a Petro ya estaba jugando al futsal.

  • ¿Contra quién debutaste en primera?
  • Contra Ferro. Primera fecha. Terrible. Cacho me dijo que iba a ir de titular, yo estaba re nervioso. Ya era grande, pero igual estaba nervioso. Fue allá, en el 5. Me acuerdo que no jugué bien, Cacho me sacó en el primer tiempo. Después empecé a alternar entre reserva y primera.

  • ¿Crees que no jugaste bien por la rivalidad que hay entre Petroquímica y Ferro?
  • Lo que pasa es que todos los del 5 me conocían y me puteaban a cada rato, por eso creo que no pude jugar bien. Salimos 2 a 2, ellos tenían buen equipo.

  • Al estar tan identificado con Petroquímica, ¿te costó la decisión de ir a Newbery?
  • A lo primero sí costó. Yo laburaba en un depósito de Ciudadela, en La Anónima, y tenía un par de amigos de Newbery. Uno estaba en la comisión. Él me preguntó si quería ir como refuerzo. Lo pensé, lo hablé con mi familia y tomé la decisión porque me convenía del lado económico. Los de Petro nunca me pusieron un “pero” cada vez que me fui, asique fui a préstamo por un año. Viste que te decía que a lo primero me costó porque era difícil entrar en el ambiente de lo que es Newbery, porque yo me crié en otro club, le debe pasar a todos los jugadores cuando pasan a otro equipo. Pero por suerte asumí el compromiso y me lo tomé con responsabilidad. El día que debuté metí un gol y le ganamos 2 a 1 a J.J. Moreno de Madryn. Después, al otro partido, jugamos contra Huracán de Trelew, ahí hice tres goles y me empecé a ganar el puesto. Después alterné bastante, pero creo que mi paso por Newbery fue bastante bueno.

  • ¿Tuviste chances de regresar a Newbery?
  • Varios años me han llamado. También los mismos compañeros, tengo una buena relación con los que son los referentes de Newbery, como Gastón Barrientos, Rodrigo Cárcamo y “Chicha” Nieto. Hasta el día de hoy seguimos hablando y me dicen si quiero volver. Creo que si hay alguna posibilidad concreta algún día, bienvenido sea.

  • ¿Dejás la puerta abierta en Newbery y también en cualquier otro club?
  • Menos en Huracán y Ferro (ríe).
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"Popi" desequilibra en la "Madriguera" (Foto: Richard Asencio)

Lasso cumplió y dejó una buena imagen en el “Lobo”. Tardó en debutar, dado que estuvo sin jugar durante toda la primera ronda del campeonato. Sin embargo, después se convirtió en el primer cambio del entrenador Luis “Piti” Múrua. Además de los cuatro goles ante J.J. Moreno de Puerto Madryn y Huracán de Trelew, el delantero marcó en todas las series de penales que disputó Newbery: Florentino Ameghino, Camioneros, All Boys y Círculo Deportivo.

En 2016 vivió otro capítulo de terror contra Ferro por la Liga de Comodoro Rivadavia, pero, esta vez, con la camiseta aeronauta. "Popi", con el antecedente que protagonizó a raíz de su amigo Luis Caamaño, no era para nada bienvenido en Kilómetro 5.

  • ¿Qué pasó en el partido Jorge Newbery – Ferro?
  • Newbery me consiguió trabajo en una empresa de seguridad en el campo, entonces el día del partido me tocó laburar, porque me acuerdo que fue un miércoles, ya que los findes jugábamos el Federal C. Me fue a buscar el presidente al campo, yo salía a tal horario y el partido era más temprano. Me llevó a mi casa, busqué el bolso y cuando íbamos por el camino le dije que yo tenía problemas con los de Ferro. Salimos a precalentar y los de la hinchada me reconocieron al toque, desde ahí ya me empezaron a putear. Empezó el partido, metí el primer gol, me toqué la oreja y se los grité a los de la hinchada. Ganamos 4 a 0, terminó el partido y salieron todos, yo me quedé solo. Me acuerdo que el “Piti” Murúa me dijo jodiendo: “¿Qué pasa Lasso, estás perseguido?”. Le respondí que no pasaba nada, asique salí del vestuario y estaba el presidente de Ferro. “Yo te diría que no salgas, te están esperando”, me dijo el presidente de ellos. Entonces lo mandé a nuestro utilero para ver qué onda. Y cuando el utilero volvió, me dijo que estaban todos los de la hinchada, ninguno se había ido. Eran como 30 y, encima, ya se habían ido todos mis compañeros y quedaban dos policías nada más. Salgo y un loco me tira una jarra de vino, me empezaron a pegar unas patadas y un par de piñas. Asique empecé a correr, en la esquina estaba el presidente, me subí a la camioneta y nos fuimos. Fue un mal recuerdo, después me arrepentí.

  • ¿Estuviste al borde de la muerte?
  • Sí, en ese momento pensé que me iban a matar. Yo estaba solo contra 30 viejos. Imaginate. Uno de ellos me peló un corte, cuando lo vi, dije “acá no la cuento más”. Por suerte me pegaron un par de patadas y piñas nada más.

  • Desde la distancia, ¿qué opinás sobre la violencia que rodea al fútbol comodorense?
  • Ahora que estoy más grande y tengo a mi hija pienso diferente. Cuando recién arrancaba o en los primeros años pensaba de otra forma. Lamentablemente la violencia de acá o de Buenos Aires, que son ciudades donde hay mucho fútbol, no se va a acabar. Acá en Comodoro se calmó un poco por el tema de que no van las hinchadas visitantes, pero siempre está la rivalidad entre los clubes o los barrios. En Newbery y Huracán, que son los más populares, siempre hay alguna pica.

  • ¿Jugaste el clásico entre Huracán y Jorge Newbery?
  • Sí, jugué dos. Una vez jugué de titular en cancha de Newbery y ganamos 3 a 0. Después en cancha de Huracán, donde nos ganaron y salieron campeones. Y una vez estuve en el banco por el Federal B, pero no entré, fue el clásico que se jugó con las dos hinchadas en el estadio municipal. Es increíble, es lo que todo futbolista comodorense quiere jugar.
Preferir la rebelión a vivir padeciendo

194 viviendas, Kilómetro 8 (Foto: Carlos Álvarez)

Una de las mejores versiones de “Popi” fue en Unión San Martín Azcuénaga (UMSA), en el Torneo Argentino C 2018. El “Patricio” se coronó campeón con una dupla que hizo estragos: Fernando Calculef – Jorge Lasso. En diciembre de ese año, “Popi” fue elegido el mejor deportista y recibió la Mara Dorada en manos del Centro de Periodistas Deportivos de Comodoro Rivadavia.

Sin embargo, Petroquímica es el lugar donde más feliz fue (y es). Allí se crió, hizo sus amistades, peleó, triunfó y cayó. Cuando “Popi” habla de Petroquímica se pone serio, más de lo que aparenta, no titubea y se abre de otra manera, como en el recuerdo a Nicolás García y Martín “Batata” Gallardo, los jugadores del “Verde” que fallecieron en un accidente automovilístico. “Con Nico y Bata hemos jugado desde siempre y hasta viajamos a Córdoba. Ellos también siempre están presentes en el club. Con Nico me he criado, jugamos desde la novena hasta la séptima. No tuve la suerte de jugar con él en primera como me hubiese gustado. Él tuvo la oportunidad de salir campeón con Petro, que hasta el día de hoy no me toca a mí, pero sé que en algún momento va a llegar. Con Nico éramos amigos, fue más cercano, iba siempre a su casa. Hasta el día de hoy cuando veo a Dany y Gaby, que son los papás, nos ponemos a hablar y siempre con la mejor”, cuenta, sin omitir detalles, “Popi”.

  • Hace poco publicaste “Siempre di lo mejor por mi club, pero parece que a veces no alcanza con darlo todo. A buscar nuevos rumbos cuando vuelva a rodar”. ¿Te vas de Petroquímica?
  • Como en la vida misma, a veces esperás algo que no se da. Todos saben que yo soy hincha del club, lo llevo tatuado en la piel, y siempre que me necesitaron cuando el equipo andaba mal y yo estaba en otro club, volví. Personalmente espero otras cosas que por ahí no las pueden cumplir. Y está bien. Yo no le reprocho nada ni le pido nada a nadie, porque nunca cobré un peso. Siempre jugué por amor a la camiseta, pero hay algunas cuestiones que no me van, no las comparto. Está todo bien con los que están en el club, hoy en día Petro está creciendo mucho, a pasos agigantados, y espero que sigan por este camino. Con este tema de la pandemia uno no sabe qué puede llegar a pasar hasta el año que viene. Tengo 30 años, me quedan un par de cartuchos todavía y quiero aprovecharlos. El próximo año voy a pensar bien en lo que voy a hacer, veré si me llama algún otro club o si sale una propuesta económica que sirva para mí y para mi familia. Si me ofrecen algo que me convenga, me iré. Vamos a ver qué pasa. Por suerte ellos nunca me pusieron un “pero” y creo que esta vez no va a ser la excepción.
Preferir la rebelión a vivir padeciendo

Arco de madera y red destruida (Foto: Carlos Álvarez)