Un día como hoy, el "Tigre" se consagró campeón Argentino de la categoría Welter en el Socios Fundadores, donde quedó gente afuera. Le ganó al chaqueño en fallo unánime y le arrebato el cinturón. Alejado de la actividad, habló con Pasta de Campeon de esa pelea histórica, de su carrera deportiva, y de los sueños ligados al boxeo que aún quedan por cumplir. Entra y reviví el momento glorioso del boxeador comodorense.

En el 2003 cuando Héctor "Tigre" Saldivia era boxeador amateur viajó a Buenos Aires para entrenar en la FAB, y el chaqueño Raúl Eduardo Bejarano ya era un púgil consagrado en la categoría Welter.

El boxeador formado en la Escuela Municipal de Boxeo de Comodoro Rivadavia pidió guantear con él en la FAB (Federación Argentina de Box) pero venía de un combate en Brasil y no aceptó. En ese momento, su entrenador Robinzon Zamora le dijo: "ese va a ser tu rival y le vas a sacar el título argentino".

En una charla con PDC, a 14 años de su primer gran logro deportivo, Héctor Saldivia recuerda con lujo de detalles esa noche del 14 de julio de 2006 en un colmado Socios Fundadores donde tocó el cielo con las manos por primera vez. "Era un título más que codiciado. Cuando uno arranca sueña con ser campeón argentino y yo lo logré en mi ciudad ante mi gente", apuntó el ex boxeador que ahora trabaja en Maxicom, una empresa que brinda servicio al petróleo.

Bejarano llegó a Comodoro Rivadavia con el bolso y el cinturón argentino welter en la mano para enfrentar a Héctor David Saldivia, que llegaba en su mejor momento de su ascendente carrera.

La pelea, pactada a 10 rounds, se llevó a cabo en el estadio Socios Fundadores del club Gimnasia y Esgrima, donde el chaqueño realizó su segunda defensa de la corona pero regresó con las manos vacías. Bejarano tenía el título en su poder desde el 20 de julio de 2002 cuando le ganó por nocaut técnico en dos rounds a Sergio Acuña. Lo había defendido una sola una vez, el 5 de octubre del mismo año, cuando venció por puntos a Javier Blanco.

La pelea frente a Bejarano

El destino quiso que la racha del púgil chaqueño, donde fue monarca de la divisional durante varios años, se corte en la capital petrolera donde el público acompañó a Saldivia en un Socios Fundadores repleto.

"Vino a defenderlo acá pero fue un gran combate y fue algo tremendo para la ciudad. Yo llegué a las 8 al Socios Fundadores y la gente estaba haciendo fila para entrar y quedó gente afuera. Fue algo hermoso en mi carrera y que no me lo voy a olvidar nunca porque fue mi primer título", admitió.

Héctor Saldivia, a los 36 años, ya no corre por las calles de la ciudad como lo hacía cuando estaba en la plenitud de su carrera deportiva. Actualmente trabaja en una empresa que brinda servicios a empresas petroleras, y comparte la vida con su esposa Alejandra y su hija.

Al terminar una jornada laboral más, Pasta de Campeón lo sorprendió con el recuerdo. "Lo logro tirar en el round 7, fue durísimo, aguantó todo lo que le tiré y se termina resolviendo en las tarjetas. Fue decisión unánime en mi favor", recordó Saldivia.

Detalles que perduran en la memoria del "Tigre"

El "Tigre" habla de los recuerdos como si hubiese sido ayer, con detalles, que solo él conoce y guarda.

"Fue una pelea muy dura, pero siempre me sentí ganador. Venía ganando round a round. La primera caída se levantó y la guapeó. Cuando terminó la pelea nos fuimos a comer frente al Hospital Regional y como a la hora más o menos mientras nos comíamos una hamburguesa lo traían a mi rival de enfrente. No pudo comer nada, y los cirujanos me contaron que le tuvieron que hacer 7 puntos en el ojo izquierdo y 9 en el derecho", resaltó.

La dureza de los golpes de Saldivia fueron de gran castigo para el chaqueño que si bien aguantó de pie todo lo que pudo, tuvo que entregar el cinturón en Comodoro Rivadavia.

"Fue una pelea durísima. Me acuerdo que la gente gritaba 'Tigre'...'Tigre' dándome aliento y ahora que lo cuento se me pone la piel de gallina. Fue algo maravilloso ser campeón en mi ciudad y ante mi gente", resalta una vez más.

El boxeador formado en la Escuela Municipal dirigido por Robinson Zamora marcó una época del boxeo comodorense, y lo recuerda con mucho cariño. "Me tocó ser campeón argentino en una categoría superior también y es algo único. No es fácil lograrlo, y lo digo con humildad, y fue algo único para Comodoro Rivadavia".

El "Tigre" soñaba con ese título en cada guanteo del Municipal 1, y en este presente alejado del cuadrilátero mantiene un sueño más. Y está ligado al deporte de los puños. "Después de 20 años de arduo trabajo en el boxeo, de los títulos logrados y las chances afuera, siento que tengo mucho para aportar. Hay que enfocarse en los chicos, en inculcarle valores de la mano con el deporte. Tanto en el boxeo como en el fútbol, que son deportes bien de barrio, hay que tener formadores más que entrenadores. Creo que eso es lo que está faltando al deporte comodorense", reconoce.

Saldivia reconoce que fue el título más importante de su carrera por ser el primero como profesional y porque se dio en su casa, pero además "porque fue una gran pelea, porque enfrente había un gran campeón. Fue algo maravilloso", resaltó.

Siempre fue un agradecido el "Tigre". A la vida, a la gente y a su ciudad que le permitió formarse en una escuela Municipal, pero remarca que aún queda un sueño por cumplir. "Me hubiese encantado seguir ligado a esto, a lo que siempre hice pero no se dio la chance y gracias a Dios conseguí un trabajo donde estoy muy bien y soy un agradecido a Maxicom, al 'Cholo' Polito y al 'Tano' Di Pierro que fue mi padrino deportivo. Estoy bien, pero no estoy haciendo lo que más me gusta. Tal vez más adelante pueda con mi señora Alejandra, la cual es boxeadora profesional y ambos somos nacidos acá, estar un proyecto donde podamos enseñar lo que tanto amamos, y creo que tenemos mucho para aportar en esto que es el boxeo, que se te mete en la sangre y es tan lindo", concluyó.

COMPACTO DE LA PELEA EN EL SOCIOS FUNDADORES - 14 /06/ 2006