El chubutense Joaquín Arbe es uno de los deportistas que clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En cuarentena extraña los entrenamientos y le pone toda la fuerza a otro gran objetivo: terminar de construir su casa con sus propias manos. Mientras tanto, espera que alguien le preste una cinta para correr en casa.

Por estos días, aprovechando el aislamiento obligatorio, el chubutense Joaquín Arbe trabaja para ganarse la medalla simbólica más importante para su familia: la que ganará por terminar de ampliar la casa que le dejó su abuela, donde vive junto a su mujer y sus tres hijos.

Arbe es uno de los deportistas argentinos que clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Por estos días cumple el aislamiento obligatorio y cambió las zapatillas de entrenamiento por el overol, a la espera de que haya novedades sobre la cita máxima que el atletismo tiene en el mundo.

El atleta dialogó con Clarín y contó cómo lleva los trabajos de albanilería. “Hace dos años que avanzo de a poquito con los arreglos gracias a lo que voy ganando en las carreras. Compro materiales de a poco, porque está todo muy caro. Cuando me sobran dos o tres lucas, compro. Y cuando veo que tengo un hueco para hacerle algo a la casa, trabajo algunos días. Al llegar de Cachi, donde me estuve entrenando antes de que pasara todo esto, sabía que ya no podría salir a entrenar y que no me iba a quedar otra que quedarme en casa, así que aproveché”, agrega.

Arbe asegura que sus seguidores le piden que transmita sus trabajos en vivo por las redes sociales, que se anime a armar un tutorial. Él se lo toma con gracia, y mientras. tampoco se olvida de lo importante que es su entrenamiento, por lo que ahora está tratando de conseguir una cinta.

“Hablé con (el entrenador) Leo Malgor y me contó que cuando volvió con Belén Casetta de Kenia hicieron algunas publicaciones en las redes para pedir cintas y de un gimnasio re buena onda le acercaron una. Así que me recomendó lo mismo”, explicó el maratonista. “Hace más de un mes que no corro. Estar clasificado a unos Juegos Olímpicos y no poder ni salir a trotar es algo que te bajonea un poco si no corro, pierdo demasiado. Ojalá salga alguna colaboración”, admitió, esperando que pronto tenga una respuesta.

Arbe cambió las zapatillas por el overol y aprovecha la cuarentena para terminar de construir su casa