El padre de “Maligno” Torres y un lazo de sangre, esfuerzo y trabajo que lo unen a Comodoro y Madryn
Su nombre es José, como el protagonista de la historia, pero lo llaman “Paco”. De profesión topógrafo y según él mismo dice "hoy papá dorado" dialogó con PDC acerca de su paso por el sur argentino. Además, remarcó el valor de la medalla de oro de su hijo en los Juegos Olímpicos París 2024 y del esfuerzo que puso para dar el batacazo. “Se valora más con los tremendos rivales que dejó atrás para ganar en París”, indicó.
Fueron casi dos años donde José Torres o "Paco", casi de casualidad encontró algo más que un lugar donde laburar y se enamoró. Por esas cosas de la vida aún cuenta con ganas de reencontrarse con el viento, el frío, el paisaje y con trabajo. Sin embargo, la victoria de su hijo en un Juego Olímpico en París 2024 le alteró los planes por un par de días, aunque para su “Maligno”, para toda la vida.
En la soledad de su casa dice que lo encontró más tranquilo, revolviendo un plato mientras comía, a la espera de lo que es la llegada de su hijo "Joselo" que este lunes se reunió con el Presidente de la Nación, Javier Milei, a la espera de su arribo a Córdoba y atendió a Pasta de Campeón.
“Llegué a la Patagonia después de tantísimos años de hacer esto (topógrafo) y conocí una zona hermosa, que hace muy poquito estaba disfrutando. Es un lugar hermoso y bueno cuando se detuvo la obra pública yo quedé afuera de la empresa en octubre del año pasado. Se frenó en todo el país, así que estoy en mi casa -que la tengo a medio construir- es la realidad y a la espera de regresar a trabajar”, comienza con su relato Paco Torres.
EL COMIENZO DE UNA HISTORIA
Torres cuenta que, en la época de estudiante universitario, donde estudiaba Ingeniería, llegó a la mitad de su cursada y como "era bastante malo" decidió dejar la misma "porque no estaba en donde quería".
"Soñaba irme a Bolivia, nunca conocí el motivo, pero toda aquella zona es algo que me apasiona desde los 13 o 14 años. Yo lo sentí muy mío y bueno, agarré la mochila, me fui a dedo -donde por esas cosas terminé en Santa Cruz de la Sierra- y tiempo después formé mi familia”, contó acerca de la tierra donde nacieron sus hijos.
Junto a Amy, formaron una familia, donde se convirtieron en 8 integrantes ya con la llegada de Francisco (Francis) y José Antonio (Maligno), ellos mellizos, para una familia ensamblada.
En busca de un mejor porvenir, al tiempo, Paco junto a sus hijos decidieron probar suerte en Córdoba, donde ahí los niños conocieron la vida relacionada al deporte que los sumergiría en una pasión y un estilo de vida, junto a los pioneros del BMX.
EL ESFUERZO: UNA FAMILIA QUE LUCHÓ PARA SEGUIR ADELANTE, COMO CARTA DE PRESENTACIÓN
"Yo tenía un Renault 12 muy viejito y había que hacer el tren delantero, justo cuando un día uno de los chicos me trajo la bicicleta y me dijo que la horquilla se le había quebrado", cuenta con nostalgia y sin perder el rumbo de su charla con un padre con orgullo del camino recorrido por sus hijos que terminó con la dorada para "Maligno".
"Francis" o Francisco, el hermano de José, su mellizo fue quien tuvo que dejar el BMX por una lesión grave. Sin embargo "Maligno" luchó por su lugar en medio de carencias que transformaron en combustible para no bajar los brazos.
"Los mellizos en este deporte no pudieron saltear ni un solo escaloncito porque yo no tenía posibilidades. Entonces las comenzaron con una sola bicicleta -y muy ordinaria-, luego de tres o cuatro años continuaban con una bicicleta muy básica y bueno durante todos esos tiempos recuerdo que cualquier repuesto así se haga fea la bicicleta era cara, porque todo es importado", recuerda José padre que desde octubre está sin trabajo.
“Paco”, con 60 años y un camino transitado, donde el mismo indica que “va por sus últimos trucos en la vida laboral”, no oculta el esfuerzo y de las carencias por las que muchas veces pasaron, aunque valora que su hijo José junto a su hermano fueron dos chicos muy responsables y con muchas agallas.
“Todo fue siempre con mucho sacrificio. José conoce carencias, pero se movió solo con su hermano y cuando en Córdoba llegamos los tres. Yo trabajaba desde las 6.30 de la mañana y regresaba a las 7 y media de la tarde, donde compartíamos nuestra comida fuerte que era la cena", recordó.
Además, el papá de “Maligno” dice que su hijo transita alrededor del mundo un camino que fue construyendo con responsabilidad y dándole el valor a cada logro obtenido.
LA VICTORIA Y LA CATARATA DE EMOCIONES
Torres padre, que, junto a Amy, la madre de “Maligno” y sus cinco hermanos más ensamblaron una familia que él valora y demuestra adoración, la cual se encuentra en su mayoría en Bolivia y de la cual habla maravillas, para lo suyos y un país que atesora el cual también celebró la consagración del biker en los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Se vive algo bello, pasamos unos cinco o seis días muy lindos, donde nos desbordó todo esto y bueno debido a esta falta de trabajo mi función últimamente ha sido de la de papá de oro”, cuenta con una sonrisa y en un momento de tranquilidad en Córdoba.
“Pero se termina pronto yo estoy con ganas de ir por lo mío. En cuanto a José, la expectativa es muy linda, donde creo que se le abrirán miles o muchas más oportunidades y hay que cuidarse, pero él no fue a buscar la exposición y a Joselo le toca esto. Pero quiero que lo disfrute mucho y agradecerle a la vida”; se sincera, mientras se sonríe con dejos de emoción.
“Es un mundo nuevo, desconocido, seguramente, y no esperable, no esperado por nosotros. Él sí, lógicamente, lleva unos años en el circuito, andando por aquí, por allá, a ninguno de los viajes lo he podido acompañar, la madre tampoco. Entonces, él sí está habituado a ciertos momentos en los que nosotros nos gozamos”, admitió.
LA LLEGADA AL SUR, CON COMODORO COMO ÚLTIMO LUGAR DE TRABAJO
Una oferta de trabajo para “Paco” Torres que llegaba de Rosario, pero una propuesta suculenta desde el sur argentino le permitió trabajar en Puerto Madryn.
En Puerto Madryn llegué, me adapté a la labor, conocí preciosos lugares y luego de un poquito más de un año llegué a Comodoro Rivadavia.
“Mis mejores fotos son en Madryn, pero a nivel laboral fue en Comodoro. A mí me contrata la empresa Rigel y pude trabajar hasta que se detuvo la obra pública el año pasado, en total debo haber pasado un año y ocho meses en la empresa”, rememora.
El paso de “Paco” por Madryn y luego Comodoro, transcurría al ritmo que “Maligno” dipsutaba una serie de competencias en Europa o Estados Unidos, donde su padre estaba atento a su desempeño.
“Me comunicaba seguido con con él. Le consultaba en qué andaba, lo veía contento, y yo disfrutaba de ese tipo de cosas”, se sinceró.
EL CAMBIO DE VIDA
“El otro día en una nota él me pidió que no deje de encender el auto para que no se le dañe la batería. Al día siguiente teníamos tres baterías en casa, en realidad son mensajes que nos han mandado para regalarle la batería a él solo están esperando que él llegue para que él abra el capó, lo graba y demás una de las casas le va a tender la batería durante ocho años pero eso fue por una tontera que expresó lo escuché y listo, a ver, eso es la puntita”, contó.
MALIGNO CON EL PRESIDENTE
La llegada de este domingo a la Argentina, para “Maligno” trajo consigo una invitación como la de reunirse con el Presidente de la Nación, Javier Milei en la mismísima Casa Rosada.
“¿Qué se siente? Y es extraño. Esta semana fue muy movida, pero ahora viene él, y me parece que va a ser demasiado ruidoso. Tanto que un caballero que se llama Don Milei lo espera mañana en la Casa Rosada. Me alegro mucho por él, lógicamente que sí, tiene merecido muchas cosas, tanto como todos los deportistas que hacen el esfuerzo de años”, aseguró el papá de Maligno.
“Es un momento muy bello, pero solito lo tiene que aguantar, porque es un deporte solitario de verdad. Cuando hablamos de esto, digo, inevitablemente hay una historia detrás, que tiene que ver con lo que pasó a partir de que ganó la medalla, y toda la locura y la efervescencia”, agregó.
EL DESEO DE REGRESAR A COMODORO
El recuerdo de ex compañeros, jefes y conocidos en el sur argentino le dieron una sonrisa muy grande a Paco Torres donde él mismo admitió que “los mensajes han sido muy honestos y estoy conversando con muchos de esos conocidos con los que compartimos en un lugar en el que disfruté mucho”, aseguró.
“Le mando un abrazo grande a cada persona con la que he compartido el trabajo, en la seguridad, en los trabajos, con el viento o el clima”, agregó.
Por último, don Torres –con 60 años- sabe que en paralelismo con su hijo “Maligno” “quedan pocos trucos por hacer” y tiene que ver con que ve cercana la jubilación. Sin embargo, a pesar de estar desocupado, no duda en contar que si tuviera una propuesta no dudaría en regresar.
“Mañana mismo inflo la bicicleta y salgo corriendo por ahí a la calle. Si no, le saco la bicicleta a Maligno y me voy al sur”, cierra con una sonrisa un padre que acompaña los abatares de la vida del triunfo de su hijo, pero no olvida de la suya en lo laboral, con la mira puesta en el sur como una opción en lo laboral y el esfuerzo, ese que le transmitieron a sus hijos.