Mariano Herrón, ayudante de campo de Russo, fue el primero de los protagonistas del bochorno en Belo Horizonte en hablar.

Mariano Herrón, ayudante de campo de Miguel Ángel Russo, habló con lujo de detalles de lo sucedido en el post del escandaloso Atlético Mineiro-Boca. “Nunca me tocó vivir algo así. Cada vez que vas a Brasil la pasás bastante mal, pero como el día de ayer la verdad que no. Fue un papelón de parte de todos ellos, pero bueno, ustedes habrán visto todo y habrán sacado sus conclusiones también”, aseveró en diálogo con Goles de Media Noche.

Herrón puntualizó en qué momento se generaron los disturbios en las entrañas del Mineirao: “Nosotros no reaccionamos después de la injusticia del resultado deportivo. Reaccionamos después de la cargada del presidente del Mineiro. Entonces eso es lo que estuvo mal. En lo deportivo ganamos los dos partidos y nos dejaron afuera de la Copa Libertadores. Y después te tenés que bancar.

En el conflicto se vio a Sergio Coelho Sette arrojando agua y botellas de plástico desde el interior del vestuario local hacia los integrantes de la comitiva xeneize. “Otro hecho bochornoso para todos”, dijo sobre eso Herrón, que añadió: “Yo pasé rápido después de los penales y cuando volví a salir estaba todo este desorden, pero los muchachos me contaban todo esto. No sé qué hacía el presidente de ellos, se dijo por todos lados lo que pasó y es lamentable para una Copa tan prestigiosa como esta, pero ya estamos en Buenos Aires afuera, pasamos un momento realmente muy feo anoche y tenemos que conformarnos con que lo único positivo es que ninguno de nosotros quedó lastimado”.

Herrón se encargó de aclarar que Boca en ningún momento rompió la burbuja sanitaria, justo en el instante en que el Ministerio de Salud obligó al contingente azul y oro a aislarse durante 7 días.

“En ningún momento la rompimos, pasamos 12 ó 13 horas arriba de los micros. En el estadio estaban todos dentro de la misma burbuja que trabaja. Todos hisopados. Supongo que eso no es romper la burbuja, por eso pasamos 13 horas arriba del micro. No cenamos, teníamos viandas para los jugadores y nosotros, pero jugadores profesionales como los que tenemos merecen otro trato. No solamente los jugadores, todo ser humano”.