"Hoy se perdió mucho el respeto, a los chicos hay que acostumbrarlos a que seas respetuosos y primero tienen que serlo los padres. Mi viejo me enseñó a no insultar a un compañero, a no insultar a un entrenador, sobre todo al entrenador", destacó el Kun.

El fútbol tiene a favor que podés estar feliz jugando o podés estar con que el entrenador no te pone. Si el jugador no juega primero los padres están enojados y después le transmiten a los chicos esa mala onda. Y empienzan 'eh, no me ponés, que esto que el otro'. No flaco, por más que con el entrenador no estés de acuerdo, lamentablemente, te la tenés que comer. No le podés falta el respeto. Hoy los pendejos no están haciendo caso, pero creo que es la costumbre de los padres de como crían a los chicos. Antes vos llegabas a decir algo y sabés cómo te echaban del club".