El "Colo" César Domínguez formó parte del equipo de CAI que dirigió Marcelo Fuentes en el 2002, y quedó en la historia del club. En una charla con PDC recordó cómo eran los entrenamientos, las concentraciones, los viajes kilométricos y contó además anécdotas de aquel equipo que marcó un antes y un después en la institución chubutense.

Por Carlos Alvarez

Ya no está ligado a la pelota. Su vida tomó otro rumbo y tiene como hobbie el kitesurf que lo cautivó tanto como el fútbol en su adolescencia. César "Colo" Domínguez es uno de los jugadores que hizo historia con la camiseta de CAI al lograr aquel histórico ascenso a la Primera B Nacional en el año 2002 de la mano de Marcelo Fuentes.

"Eran otros tiempos, era otra la historia, no había medallas, solo hambre de gloria", rezaba la publicidad de la cerveza Quilmes y un poco así es lo que afirma con sus recuerdos el "Colo" al charlar con Pasta de Campeón a 18 años del ascenso.

"Es un recuerdo muy lindo el ascenso. La CAI nos formó y siempre se habló desde un principio de ese objetivo. Recuerdo a Carlos Rodríguez, que era el gerente deportivo, y a Carlos Peralta cuando yo era chico ya hablaba del proyecto del año 2000 que nosotros teníamos que estar jugando en Primera. Nos criamos con esa mentalidad del ascenso. Siempre lo veíamos lejos, éramos chicos pero se vivía de esa manera. Y cuando se logró en el 2002 fue algo único, algo increíble para la ciudad", confesó el volante por izquierda que también supo defender en la última línea.

El "Colo" hizo las inferiores en CAI y entiende muy bien lo que fue ir pasando de categoría hasta llegar a la Primera y convertirse en un jugador profesional en un momento donde Comodoro no estaba preparado. "Para nosotros fue algo muy importante, era haber logrado un objetivo para el cual nos habíamos preparado toda una vida deportiva. Se logró el objetivo para el que nos preparamos", admite mientras recuerda que hubo muchas personas importantes que aportaron su granito de arena pero él remarca a Adriana Gelinger, que era la que cocinaba para ellos, y el "viejito" Carlos Rodríguez que era gerente deportivo y formaron parte de ascenso.

LA CONVIVENCIA Y LO QUE DEJO MARCELO FUENTES

A comienzos del 2000, el fútbol se vivía de otra manera en el sentido que había que concentrar varios días antes y eso era algo que a Marcelo Fuentes le encantaba. "Éramos una banda hermosa. Convivíamos a diario 24 personas y éramos distintos, pero de la mano de Marcelo Fuentes y su metodología de trabajo hizo que sea lo más sano posible. Todos teníamos las mismas ganas de terminar lo más arriba posible y había equipos que estaban armados con una inversión económica tremenda comparada con la nuestra. Nosotros simplemente éramos chicos que empezábamos a jugar al fútbol, con algunos refuerzos que se sumaron", recordó el jugador.

Ese Torneo Argentino A del 2002 fue muy extenso, y la CAI tuvo que viajar por todo el país. Disputó el Hexagonal Final y cerró con un empate en el estadio Municipal frente a Ben Hur de Rafaela con gol de Tabares. "Era un torneo larguísimo, y teníamos que viajar millones de kilómetros. Marcelo una vez contabilizaba los kilómetros y era una locura lo que viajábamos pero la llevábamos muy bien. Creo que hoy no se podría hacer. Éramos un equipo de sacrificio, y dentro de la cancha éramos muy unidos, ahí estuvo la mística para lograr el ascenso. No creo que haya otro factor más importante que la unión de grupo, era increíble. Afuera nos podíamos matar en el sentido de dejar todo en cada entrenamiento, pero después se hablaba y se dejaba todo claro. Adentro de la cancha el compañero de al lado era todo, era nuestro hermano", subrayó.

"Nos criamos con la mentalidad del ascenso"

Gabriel Bustos, Gustavo Caamaño y César Domínguez (archivo de Facebook). 

Todo aquel que lo tuvo como entrenador tiene palabras de elogio para Fuentes, y el "Colo" lo recuerda como una persona que lo formó y dejó un legado en él y en la institución. "Marcelo Fuentes hizo cosas que la CAI no venía haciendo. Teníamos excelentes entrenadores como 'Beto' Bellido, Doria, Armando Tula en mi caso, Mario Amado pero todos tenían una idea de juego. Teníamos una libertad de juego, y Fuentes vino con otro libro. Marcó un orden desde la formación, desde generar un lugar para cambiarnos, de tener un vestuario, de hablar de códigos, de hablar las cosas de frente y arreglarlo ahí. Teníamos mucho código, eso me marcó mucho. A la hora de formar un equipo uno transmite eso con el tiempo, el orden técnico, el orden táctico, el respeto por el compañero y el compromiso que no se negocia", recordó.

UNA VUELTA MAS Y AL AGUA PODRIDA

En un torneo que quedó en la historia, y con tantos viajes por el país hay muchas anécdotas. Domínguez se tomó su tiempo para repasar el pasado y contó dos que lo involucran. "Viajamos para jugar dos o tres partidos. Fuimos a jugar y en Formosa me acuerdo - ríe -  que en el primer partido se baja el 'negro' Herrera, lo echan y nos deja solos porque sabía que era complicado ese partido, era una cancha muy difícil y no se controlaba nada. Nos dejó a pata en el partido más difícil del torneo. Lo cargamos todo el viaje. Logramos un resultado favorable en una cancha difícil, me acuerdo que con una jugada preparada, la recibe Tabares, la aguanta se da media vuelta el animal y la clava. Nosotros teníamos que aguantar como podíamos, quedamos jugando con línea de tres. Me acuerdo que quedaba poco, y todo era bueno para aguantar. En una cubro la pelota sobre el lateral, y el delantero me empuja, algo así como un codazo y me tiro al piso, ruedo y ruedo más de la cuenta con tanta mala fortuna que caigo a la fosa perimetral con agua podrida", explicó con lujo de detalles.

Pero el "Colo" también se destacaba en otros rubros y recordó su época de estilista en el plantel cuando casi no había tiempo para ir a la peluquería entre viaje y viaje. "Prácticamente no teníamos vida social si el miércoles ya estábamos concentrando, pero además les daba media vuelta a los muchachos y te tumbaban una pared con la cabeza. Me acuerdo que una vuelta le estaba cortando el pelo a Franco (Asencio) y no le podía emparejar las patillas, veía que me iba cada vez más arriba porque era tomando mate, y con los compañeros jodiendo en una habitación. Cuando vi que no podía hacer nada, sin patilla de los dos lados, le dije: 'no te hagas drama que el pelo crece' y Franco me quería matar pero se ahorraba la peluquería. Cosas hermosas que ahora recuerdo y me emociona mucho todo lo vivido", concluyó Domínguez quien tiene voz autorizada para hablar del histórico ascenso de la CAI a la segunda categoría del fútbol argentino 18 años después.