El camino hacia un sueño: Cómo le está yendo al comodorense Jacobo Dzaja en el fútbol boliviano
El futbolista con pasado en Nueva Generación, USMA, CAI y destacado en Jorge Newbery, se marchó de Comodoro Rivadavia con el objetivo de intentar "la última" oportunidad de vivir de lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol.
De un día para el otro, Jacobo Dzaja dejó todo el club de sus amores, su trabajo, la familia y el país. Su objetivo estaba claro y como se dice, el tren pasa una vez. Te subís o lo dejas pasar, pero otra oportunidad no iba a volver a surgir.
El comodorense sabía que debía soltar todo lo que tenía en Comodoro Rivadavia, su lugar en el mundo. Todo dependía de él para cumplir un sueño, pero no cualquier sueño: vivir del fútbol, el deporte que siempre jugó y se destacó.
“Hasta pronto”, fue la frase que dejó el futbolista de 27 años en sus redes sociales. Con un posteo emotivo recordando todo lo que vivió en Jorge Newbery, el equipo donde llegó a ganarse el corazón de los hinchas, Dzaja se despidió de la ciudad petrolera un 15 de febrero de 2023. Su nuevo destino estaba en Bolivia.
Su llegada al fútbol boliviano
El Club Deportivo Olimpia Petrolero de la ciudad Yacuiba fue quien le abrió las puertas y en diálogo con Pasta de Campeón, el volante comentó cómo está en dicho elenco. “Gracias a Dios me está yendo muy bien, por ser mí primera vez fuera del país excelente. La adaptación la verdad lo pude llevar bastante bien, es un hermoso país”, aseguró.
Sobre su llegada el “verde” petrolero, Dzaja detalló que fue “muy repentino todo. Me acuerdo que fue un lunes por la noche, se comunica conmigo Luciano Sanhueza, un amigo de la vida y del fútbol. Me llama él que ya estaba acá en el club y me dijo que estaban buscando un volante/extremo por izquierda, me recomendó con los dirigentes y ya estaba todo cerrado, solo faltaba mi confirmación”.
Posteriormente, agregó que esa semana “me sacaron los pasajes y viajé. Fue todo muy rápido y se dio a dos semanas de arrancar el torneo local con Jorge Newbery, donde veníamos trabajando muy bien e iba a iniciar como titular”.
En cuanto al aspecto laboral, el ex Nueva Generación y CAI recordó que “lo pensé dos veces porque hace menos de 6 meses había entrado en efectivo, estando varios años en negro. La familia se sorprendió igual pero yo lo tenía muy seguro en mi cabeza, siempre me apoyaron en mi decisión y eso es lo que siempre destaco”.
La última gran oportunidad
Para los jugadores locales, la edad es un factor crucial para llegar al fútbol grande. Sin equipos en las categorías profesionales, la situación se complica ya que no se refleja “la vidriera” de los clubes. Dzaja lo sabe bien.
Incursionó el Federal A con el “Azurro” en el 2015, jugó Federal B y Torneo Regional con Newbery, ascendió con USMA en el Federal C, pero solo tuvo una chance concreta de poder tener al fútbol como un trabajo.
"Lo había intentado años anteriores para irme a Chile y no se dio por cosas de la vida. Siempre había soñado con vivir del fútbol y gracias a Dios se abrió está puerta, no dudé. Yo pensé que este era el momento, estaba con la madurez para hacerlo y vivirlo con mi mujer y hija, estos momentos son únicos y trato de disfrutar el día a día", afirmó con orgullo el mediocampista que se destaca por su velocidad y la llegada al gol.
Sobre las diferencias con el fútbol argentino, afirmó que “acá es muy competitivo, más físico y táctico, pero en lo dinámico creo que le sacamos un poco de ventaja. Nuestro fútbol es más rápido, de ida y vuelta, pero no existen tantas diferencias”.
En estos primeros meses, Dzaja tuvo la posibilidad de jugar un Interprovincial. “Por diferencia de gol no pudimos clasificar a la 'Copa Simón Bolívar´, un torneo para ascender a La Liga que es la Primera División. Ahora estamos compitiendo el certamen local”.
Los recuerdos siempre están
La adaptación al nuevo estilo de vida, las costumbres propias del país y las comidas típicas, es algo que Jacobo y su familia comenzaron a disfrutar.
En este sentido, afirmó entre risas que “la comida de acá es muy rica la verdad, pero nos gusta más la comida de olla y cuando se puede, hacemos un asadito”.
Sobre Comodoro, lo que más extraña es “la familia, estamos en contacto. El viento, Newbery, lo sigo por las redes, estoy al tanto y la verdad me pone feliz por el presente del equipo y el club, ver como sigue creciendo. El último clásico lo vimos desde la computadora, estuvo tremendo”.
Por último, dejó un mensaje para quienes no se animan a tomar riesgos y cumplir sus sueños. “Tarde o temprano llegan las cosas, pero nunca hay que bajar los brazos. A lo primero va a costar pero después se ven sus frutos, disfrutar sea la profesión que sea”, cerró.