El reconocido director técnico chubutense habló ayer por la tarde sobre el caso de abuso sexual de sus dos hijas que la próxima semana llevará al banquillo de acusados al exdiputado y exjefe de la Policía de Chubut, Juan Luis Ale.

El ex entrenador de Jorge Newbery, Germinal y Brown de Madryn habló ayer por la tarde en Cadena Tiempo sobre la terrible historia que vivieron sus dos hijas. A finales de la década de los 90, cuando ellas tenían 9 y 10 años, las nenas revelaron que habían sido abusadas. Desde entonces, la vida del entrenador y de sus hijas cambiaron para siempre.

“Cuando tu hija te dice: 'Papá, no quiero vivir más', es algo terrible. El tipo rompió dos vidas, porque para el trauma de mis hijas no hay cura”, contó el director técnico. “Los tratamientos con psiquiatras son solo paliativos, porque para lo que sucedió nunca va a haber una solución definitiva”.

El ex jefe de policía y ex diputado provincial Juan Luis Ale, acusado de abusar a las dos niñas, pasó a ser el padrastro de las menores luego de ensamblar una pareja con la ex mujer de Murúa. Según relata el padre de las víctimas, no se puede olvidar del día en que, el por entonces Comisario, frente a frente, le dijo: “Quedate tranquilo que yo te las voy a cuidar, como si fueras vos”.

“Ale es un chacal que está escondido en Esquel y quiere zafar de muchas situaciones”, incluso ha presentado variados intentos para dilatar el juicio, “porque es un cobarde”, declaró Murúa, que, en más de una oportunidad, según lo admitió, tuvo ganas de “hacer justicia por mano propia”.

“Tengo presente el relato de mis hijas, de lo que hacía Ale y como lo hacía, y yo aguantando las ganas para no ponerme a llorar en frente de ellas. Sentí culpa, me pregunté varias veces por qué tomamos la determinación de separarnos con mi ex mujer, y por qué no traté de mantener ese vínculo hasta que mis hijas fueran más grandes”, confesó Murúa.