EL título mundial Sub 20 y el festejo que une a "Chiquito" y Diego Romero
En 2006, el "Negro" levantó sus manos al cielo y estaba su familia en la popular de "cemento" en la consagración de Gimnasia; un año después, en Canadá, su hermano Sergio repetiría el festejo. La consagración argentina juvenil, a 13 años, en una celebración inolvidable que te contamos a continuación.
El 22 de julio de 2007 el país se paralizaba para una nueva final mundialista juvenil de la Argentina, con Sergio Romero en el arco, que lo seguían con atención desde Comodoro Rivadavia en el duelo ante República Checa.
El mismo rival del debut por la fase de grupos, por la zona E, había igualado en cero, en un torneo donde "Chiquito" recibiría dos goles y lo llevaría a ser la "Valla menos vencida" (Polonia y su rival finalista los único goles en su contra).
La historia en el Socios Fundadores
El 1 de junio de 2006, Diego Romero había llegado horas antes para el sexto duelo entre Gimnasia y Esgrima de Comodoro y Libertad de Sunchales, aunque finalmente aportó 12 puntos y hasta tuvo vómitos que lo sacaron del rectángulo de juego, pero al final el "Verde" se consagró campeón y el festejo fue inolvidable.
En la celebración, dos señas se graban en la memoria de los hinchas de parte del misionero y hoy capitán del "mens-sana": una señal a Ruperto Herrera a quien le indica con su indice que es dueño del título y luego tras pasar por detrás del cartel de la LNB, el "Negro" levantó su mirada hacia su familia, la cual lo alentaba en el lugar donde toda la vida lo vieron jugar: la popular de cemento, hoy platea.
Su dedo índice de ambas manos señalaban en esa dedicatoria a sus padres, Ramón y Betty, sus hermanos Marcos, Oscar y Sergio. Si, él ya jugador de Racing Club que había viajado para estar en la consagración de su hermano y a quien le devolvía el saludo eufórico desde la tribuna con la ubicación colapsada por la gente que quería saludar a los campeones.
Toronto, la historia se repite
Con el correr de los partidos la Argentina, dirigida por Hugo Tocalli, aquella que clasificó agónicamente a la cita mundialista por un gol de Lautaro Acosta en el Sudamericano de Paraguay, demostraba su paso arrollador, aunque dos seleccionados eran rivales serios y querían luchar por la Copa: México y Chile.
Argentina pasó la fase de grupos en primer lugar (2 victorias y un empate) y Polonia sería su escollo en octavos (victoria 3-1), luego lo esperaba México, a quien solo pudo vencer por la mínima en un durísimo partido.
La "final anticipada" llegaría ante los trasandinos en semifinales, donde los argentinos iban 1 a 0 y una expulsión de Gary Medel tras una infracción al chubutense Gabriel Mercado abriría el partido y se quedarían con nueve hombres por la salida de Currimilla. Finalmente un 3 a 0 y pasaje a la final en Toronto, donde República Checa había eliminado 2 a 0 a Austria y se volvían a enfrentar.
La final
Argentina, con el ex Comisión de Actividades Infantiles en el arco, recibió un gol a los 15´ del complemento, aunque primero, el gol de Sergio Agüero y luego un "latigazo" certero de Mauro Zárate le darían el título al seleccionado argentino que alcanzaba dicho torneo, por sexta vez en su historia.
"Si ganamos levanto el dedo como Diego en Comodoro, olvidate", le decía Romero a un amigo que lo llamaba por MSN Messenger en la habitación del hotel, por la que pasaban Sergio Aguero y Bruno Centeno, el arquero suplente.
"Si, por mi familia y ustedes voy a festejar así", retrucaba el nacido en Bernardo de Irigoyen que buscaba la consagración en Canadá 2007, días antes antes de partir a Holanda para incorporarse al AZ Alkmaar de Louis Van Gaal.
"Chiquito" recibió en la entrega de premios la medalla de parte de Julio Humberto Grondona, presidente de la AFA, con la alegría de un niño por tal logro obtenido; luego Sergio Agüero y Matías Cahais recibieron la Copa y luego de alzarla, cuando el arquero pudo abrazarse al trofeo con su mano derecha levantó su dedo índice vendado y miró al cielo.
El gesto lo trasladó en una milésima de segundos a dedicárselo a sus seres queridos, sus padres, sus dos de sus hermanos en Comodoro y Diego en Corrientes -mientras se recuperaba de una lesión en su rodilla- como a esos amigos a los que les había prometido tal hazaña en su carrera profesional y que luego en una meteórica e importante carrera, lo llevaría a ser el arquero con más presencias en el arco del seleccionado argentino mayor de fútbol.
Hoy se cumplen 13 años del último logro "albiceleste" y de un festejo con una señal que quedará para siempre en una consagración que arrancó en Comodoro y que se repitió en Canadá.