La gloria del fútbol de Comodoro que brilló en Europa y no jugó en Huracán por una cuestión “sagrada"
Inició su camino en Saavedra y rápidamente mostró su valía como defensor, cuando originalmente jugaba en otra posición. El histórico preparador de grandes atletas que lo ayudó para jugar en primera División y un camino que lo llevó a ser leyenda.
Los sueños de niño se hacen realidad o no y muchas veces el destino está marcado por diferentes imprevistos. En cualquier historia hay detalles que cambian los rumbos y a lo mejor en la vida del “Negro”, una persona fue vital para que luego el ese zaguero fuerte y aguerrido viva ligada al fútbol, sin antes tener que desistir de jugar en Huracán de Comodoro y sí hacerlo en otra institución, para luego tener en una vida ligada al fútbol profesional.
Víctor Hugo Doria, el comodorense figura del San Lorenzo de Almagro de "Los Matadores", hizo historia en el Sporting de Gijón y que sembró una semilla imborrable en el fútbol de la ciudad, fue uno de esos futbolistas que con el paso del tiempo se convirtió en una leyenda. Un club y un cambio de posición clave en la cancha que marcaria su carrera para siempre.
El ex futbolista y entrenador, pero también esposo, padre y abuelo también fue niño y en esos días de juventud con sus amigos y vecinos del Barrio Ceferino anhelaban entre tardes, siestas y partidos interminables de fútbol lo que finalmente sería un camino que lo llevaría a Buenos Aires, a Colombia, al barrio de Boedo y de ahí a España con una carrera exitosa. La misma que junto a Diego Armando Maradona le pondría un sello de oro.
Aquellos niños era Nahuelpán, los Toledo, y el propio Víçtor Doria todos de la misma categoría ´48. Sin embargo, un “pequeño” detalle iba a cambiar los planes primarios, los de poder entrenar en Huracan. Don Manuel Gregorio Doria había sido el protagonista, el padre de Víctor.
“Nos íbamos todos (a Huracán) y a la hora de comunicar en la casa lo que se quería hacer, dice papá que él ya había dado la palabra en Saavedra y ya sabíamos que cuando él daba la palabra se cumplía”, así le contó Doria a PDC en una entrevista.
La mesa, la palabra de don Doria, con su compañera doña Teresa Torrente al lado, y el propio joven Víctor viendo como la ilusión de jugar en el "Globo" que se diluía.
“Terminé en Saavedra yendo a los partidos que se jugaban, porque no estaba fichado. No me habían podido sumar e igual pude entrar en algunos partidos con otro carnet”, cuenta con nostalgia el “Negro”.
El cambio vital para su carrera
Doria llegó al “Parque”, luego de cruzar el cerro como lo hacían muchos chicos en lo que sería un disfrute para jornadas innumerables de fútbol y recuerda que el equipo al que llegó “fue parte de la trayectoria de uno y con suerte”. “Ahí descubrí que no era delantero sino defensa central”, indicó a Pasta de Campeón.
“Es toda una historia que se fabrica en ese momento. Sucedió en el club y necesitaban un jugador para que lo haga en la posición de defensa central o fullback. Así lo llamaba “El Gordo” (Casimiro García), y terminé haciéndolo ahí”, contó el nacido en Comodoro Rivadavia, un domingo 20 de junio de 1948.
Doria rápidamente sobresalió no sólo por su figutra espigada, sino por su carácter y el respeto que imponía, pero que también tenía para con los suyos. El tuvo la chance de debutar en Saavedra pasados los 16 años y de ahí rápidamente saltar a una Primera y luego a la Selección de Comodoro.
Un relámpago paso por el Torneo Argentino con la camiseta blanca y roja de la que le dieron ese fuste para dar el salto a Buenos Aires ya no como atacante, sino como un importante zaguero.
Saavedra, equipos con figuras y dos títulos antes de partir con su gran ladero
El “Parque” tuvo al “Negro” y Doria a Saavedra, una sinergia que los acercó al campeonato del Torneo Competencia de 1963. Sin embargo, también lograron un cuadrangular importante en la ciudad de Trelew, donde mostraron supremacía en la provincia del Chubut.
Este último torneo sería la base de un campeonato histórico para el “Parque” con Doria como referencia de la zaga central.
En el Valle, Saavedra ganó con un equipo conformado por: Doria, Víctor Olmos, Juan “Tano” Canestrari, Juan “Gringo” Muck, Osvaldo Olmos, Fernando Itarburú, Martín Alvarado, Raúl “Trapo” Arancibia, Ramón “Gato” Quiroga, Carlos “Chorica” Cárdenas, Armando Nieva, Ramón “Negro” Núñez, Ramón Alvarado, José Ortíz, Carlos Pacheco, Antonio “Cholín” López, Francisco “Chueco” Rosales, Oscar Macías y el “Tucumano” Salazar.
Ya para el Competencia 1963, Saavedra tendría a una base de lujo para un equipo que logró salir campeón con rivales como Florentino Ameghino y la década dorada de Oeste Jrs y Tiro Federal.
El equipo del “Parque” alcanzaría la gloria en el 63 con un equipo casi de memoria, bajo la conducción de Manuel Gaetán.
Juan “El Gringo” Muck fue un baluarte en el arco; Víctor Doria y Víctor Olmos; Héctor “Tito” Alvarez, Martín Evangelista Alvarado y Osvaldo Olmos; Carlos Pacheco, Francisco “Bordadora” Rosales, José Ortíz, Miguel Angel Aponte y Juan “Loco” Lucero.
“Al año siguiente de empezar jugando en la Primera, luego a la Selección de Comodoro y de ahí a San Lorenzo”, indicó a Pasta de Campeón.
San Lorenzo y una carrera profesional que lo llevó a ser ícono para el fútbol comodorense
“Jorge Santos, él tenía su carnet que decía San Lorenzo de Almagro. No sé si decía directivo zona sur, algo decía así. El nos ofreció al Beto Bellido y a mí, pero como la prueba era para Enero nos quedamos y teníamos que entrenar e íbamos al estadio (hoy el Municipal)”, indicó Doria.
“Dábamos un par de vueltas y nos cansábamos. Un día apreció un señor, soy preparador físico y si ustedes quieren los entreno nos dijo. El señor era Luis Rey y cuando iba en el auto yo lo lo saludaba en la Avenida Canadá y Polonia, mientras sus chicos daban la vuelta en la calle”, rememoró con nostalgia y viendo el paso de la vida.
Doria, Bellido y Rey trabajaron juntos un mes y partieron a San Lorenzo para comenzar la aventura como futbolistas que soñaban en grande, bajo el ala de un gran del fútbol nacional. Finalmente, el “Negro” debutó en el Ciclón en 1968, en 1972 jugó en Colombia y de ahí un nuevo su retorno a Boedo, donde lo buscó el mismísmo presidente del Sporting de Gijón de España y la Junta Directiva para luego ser ídolo y referente, tras 10 años de vestir la casaca de los “Rojiblancos”.
En la década de los 80, cuentan las crónicas de esos tiempos que el “Negro” en su arribo a la ciudad tuvo la posibilidad de firmar con Huracán, aunque él y los suyos se abocaron a cuestiones familiares. Nuevamente, el tren pasó de largo, el destino tenía otros planes.
La carrera del ex defensor profesional lo llevó por Deportivo Portugués, la Escuela de Futbol de la Comisión de Actividades Infantiles, y a su vez en el histórico Petroquímica.
Luego Tiro Federal, San Lorenzo de Almagro donde fue Coordinador de inferiores y hasta dirigió a la Primera División, la CAI en B Nacional.
Doria y las vueltas de la vida le dieron la chance de llegar a Huracán de Comodoro Rivadavia como entrenador en agosto de 2010.
El "Globo" aquel por el que los Nahuelpán, Toledo y sus amigos de la infancia le decían que fuera a jugar, pero la palabra de su padre, don Manuel Gregorio, hizo que sea imposible, le mostraba que era el momento.
El destino finalmente los uniría, en lo que sería su última "función" como técnico en su Comodoro Rivadavia natal, donde afrontó el Torneo Argentino “B”, para luego cerrar una carrera impecable en Defensa y Justicia.
Sin embargo, Saavedra fue el primer paso de una carrera llena de logros y objetivos cumplidos para una leyenda del fútbol de Comodoro Rivadavia. Uno de los primeros productos genuinos de nuestro fútbol en Buenos Aires, en tiempos donde eso parecía imposible.