Romero: “Ojalá siga jugando y el club me siga necesitando”
El capitán y símbolo de Gimnasia y Esgrima analizó su presente y lo que será su carrera profesional, mientras transita la cuarentena por coronavirus, acompaña el crecimiento de su primer hijo y entrena en su hogar. “Me motiva Román”, agregó.
Los 37 años ya hacen mella en un cuerpo dedicado al profesionalismo, con lesiones y donde la vida transcurre como un chasquido de dedos para Diego Romero, pero con el hambre del primer día.
El "Negro", en la intimidad de su hogar junto con su esposa y su hijo piensa en cómo regresará la actividad deportiva post cuarentena por el coronavirus y cómo piensa que será su futuro, aunque la palabra “profesionalismo” resuena en sus paredes dentro de sí y brinda lo mejor de sí porque no quiere regalar centímetros a los jóvenes.
“Ojalá siga jugando y el club me siga necesitando. Esto es profesional y yo siempre lo tuve claro. Si el club en algún momento puede tener un jugador en mi posición que gane más plata que yo y que juegue mejor que yo lo va a hacer, será así. Así es el profesionalismo y el club tiene que ganar partidos”, indicó Romero en diálogo por Instagram a través de la cuenta oficial del club..
“Yo a eso lo tengo claro, ojalá coincida mi retiro con el club, pero también puede que no. Y no es nada del otro mundo, sino que es profesionalismo y eso es hay que tenerlo en claro”, agregó.
Para el “Negro”, “mucha gente mezcla el profesionalismo con los sentimientos y no debe ser así”.
“Me encantaría que coincida, pero la dirigencia puede que diga que Diego Romero no está para jugar más y por mi locura yo puedo decir que voy a seguir jugando. ¿Por qué? Porque esto es profesional y no depende ni de mi, ni del club”, reconoce con la frontalidad que lo caracteriza a lo largo de su vida.
El ex Regatas Corrientes, Quilmes de Mar del Plata, Welcome de Uruguay, San Lorenzo de Almagro sabe que debe ir temporada a temporada, aunque se siente “fenomenal”. “Veo que puedo jugar muchísimos años, pero capaz que en dos meses no va más”.
Su familia, la motivación
La llegada de su hijo Román, fruto del amor con su esposa Candelaria, son parte del motor para el interno nacido en Bernardo de irigoyen y por la suspensión de la Liga Nacional de Básquet puede disfrutar del crecimiento del pequeño.
“Mientras muchos compañeros vieron crecer a sus hijos por videos, yo soy una agradecido y lo vi en vivo”, indicó Romero.
“Yo todo lo que hago es por él y es lo que me mantiene. Quiero que en algún momento entienda que juego dentro de una cancha profesionalmente y que lo pueda ver. Verlo crecer y día a día que ahora se pone de pie y vuelca la pelota, es un animal”, comentó sonriente por el día a día de su primogénito.
La cuarentena
“Mi hijo hizo que sea sencillo y es todo el día full time y no paramos. Los últimos dos meses gatea como un fórmula 1 y se para y agarrar todo. Es inquieto, quiere hablar y el hizo que la cuarentena para los dos sea genial y nos sacó adelante”, reconoció.
“Me aferro a eso como parte de lo positivo, juntos en familia, disfrutar. Por el coronavirus en sí, no podemos hacer nada y ojalá que se encuentre una solución y estaremos en conciencia de que hay que tener la conciencia social para que no pase a mayores”, afirmó.
Lo deportivo y la posibilidad del cierre de la Liga Nacional
El capitán de Gimnasia sabe que la llegada del cubano Reynaldo García Zamora fue el salto de calidad que precisaba el conjunto que dirige Martín Villagrán. Sin embargo, en un eventual retorno a la actividad será “todo desde cero”.
“Ahora arrancar todo de vuelta y que podamos estar de vuelta, Cuando se largue es todo de cero, pretemporada, habrá que adaptarse y será sencillo porque si bien nos conocemos”, indicó.
La frutilla del postre para el “Negro” en su carrera
“¿Si me gustaría el retiro de la camiseta? Como gustarme me encantaría, sería la frutilla del postre. Que te reconozcan de esa manera en cualquier lugar, pero en tu casa no tiene precio, vale el doble, triple, cuatro veces, no tiene precio alguno”, afirmó con una sonrisa.
“El campeonato y el retiro de tu camiseta, los dos momentos más grandes de la historia de un jugador como deportista”, agregó.
Por último, el misionero pero hijo adptivo de Comodoro Rivadavia reconoce que es “un jugador propio de la ciudad y que desde chico recorrió todos los barrios para jugar al básquet”.
“En Petroquímica, Savio, el Municipal, Rada Tilly, en el Poli de KM 5 al lado de USMA íbamos con mis hermanos y la banda de amigos y llegaban 20 chicos y nos sacaban porque éramos seis, pero después íbamos a Ciudadela, el 13 de diciembre, la escuela 105”, recordó.
”Soy un producto del básquet comodorense y siempre le digo a todos que se puede. Lo que pasa es que cuando llegan al momento que te cansas, muchos prefieren descansar y ahí hay que apretar los dientes y tratar de darlo todo y poder alcanzar el sueño del profesionalismo”.